Empresas financian gamers que no pueden pagar su entrada, sobre todo en países con hiperinflación (como Venezuela o Filipinas) y obtienen una parte de sus ganancias.
“Es un modelo único y por eso estamos, dentro del sector, viéndonos como el primer unicornio verde de México en el tema de residuos”, explica Adrián Sánchez Roa.
La pareja enfrenta hasta 25 años de prisión por el cibercrimen, realizado a través de programas informáticos, conversión en otras monedas virtuales y cuentas bancarias abiertas con identidades falsas.