En este tiempo, el Tec de Monterrey demostró que puede hacer investigación para impactar positivamente a gobierno, industria y sociedad.
Del 24 al 26 de agosto se celebrará el Congreso Internacional en el Tec de Monterrey, campus Monterrey, como parte de las celebraciones por su 15 aniversario. (Foto: Centro de Biotecnología FEMSA)
Más allá de la producción de quesos y vinos, la biotecnología está presente muchas áreas de nuestras vidas. Las vacunas contra Covid-19, por mencionar un ejemplo, son el resultado de la ingeniería genética y las herramientas de biología molecular.
Esta disciplina tiene aplicaciones que benefician a la sociedad en áreas como la salud, alimentación, mejora de procesos industriales y reducción de gases de efecto invernadero en sectores productivos.
Por este impacto positivo, el Tec de Monterrey apostó por el Centro de Biotecnología FEMSA hace 15 años, con la idea de demostrar que la universidad también podía realizar investigación de frontera que tuviera impacto en la sociedad.
Y como parte de las celebraciones por su aniversario, se realizará un congreso internacional, del 24 al 26 de agosto, con la presencia de referentes mundiales de la biotecnología.
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A pesar de que la biotecnología ha sido muy atacada en años recientes y es vista por algunas personas como un “Frankenstein” que puede perjudicar a la sociedad, la realidad es todo lo contrario.
En entrevista para Tec Review, José González Valdez, director del Centro de Biotecnología FEMSA, explica un aporte de la biotecnología para el mundo (y del que casi nadie habla):
Haber logrado fermentar la insulina con bacterias genéticamente modificadas de Escherichia coli, con lo que se ha evitado la muerte de millones de cerdos, pues su páncreas antes se utilizaba para purificar a la hormona.
Gracias a este avance, millones de personas diabéticas en el mundo hoy tienen acceso a un medicamento seguro y eficiente que proviene de un organismo genéticamente modificado.
Además, con la biotecnología se pueden añadir nutrientes a los cultivos o reducir el uso de fertilizantes y plaguicidas, entre otras potenciales aplicaciones. El reto es lograr transmitir esta información a las personas para que no le teman.
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Para José González Valdez el logro más importante de este centro de investigación, a 15 años de su creación, es que demostró que el Tec se puede hacer investigación de frontera, se puede desarrollar tecnología de alto impacto, colaborar con la industria y ofrecer mejoras a sus productos.
“Sobre todo, mostramos que lo que hacemos tiene beneficios sociales, económicos o sustentables para la comunidad”, dice.
Y hay motivos para celebrar, pues el centro tiene proyectos de desarrollo de productos con las industrias de alimentos para hacerlos más sanos y nutritivos, además para procesar sus desechos para que emitan menos contaminantes o se obtengan subproductos de los desechos.
También se ha formado a estudiantes altamente calificados, nuevos investigadores y se han creado empresas que han salido de proyectos de investigación, que comienzan a abrirse camino en el mercado.
Además de nuevas publicaciones, patentes y desarrollos. Su director apunta a que, en el corto plazo, el centro renueve su plataforma y estructura tecnológicas para que les permita continuar impactando positivamente en la sociedad.
“Hay un esfuerzo muy grande desde muchos frentes del Tec para buscar la atracción de fondos para invertir en equipos nuevos que nos permitirán incrementar las capacidades del centro de una manera muy significativa”, explica.
Son cuatro en Centro de Biotecnología FEMSA y les están permitiendo descubrir nuevas cosas acerca de la vida, los seres humanos, los animales y sus interacciones:
Implican procesos farmacéuticos, enzimáticos, biorremediación, captura de dióxido de carbono.
Reúne herramientas como la ingeniería genética e ingeniería metabólica, para producir moléculas que se encuentran de forma natural pero que en un contexto u organismo diferente es biología sintética.
Son las nuevas ramas de la ciencia a partir de la genómica, proteómica, metabolómica y lipidómica que buscan, a nivel molecular y a nivel celular, las funciones que hacen que los seres vivos tengan ciertas características que se activan cuando enfermamos o que hacen que estemos sanos.
Cómo tener mejores alimentos, más eficientes, más nutritivos, menos dañinos y las tecnologías alrededor, por ejemplo, nuevos métodos de empaque, nuevas formas de procesar cereales, frutas, hortalizas.
Se llevará a cabo del 24 al 26 de agosto en el Tec de Monterrey, Campus Monterrey, y contará con grandes exponentes de la biotecnología.
La conferencia inaugural estará a cargo de Alfredo Herrera Estrella, investigador del LANGEBIO del Cinvestav, quien es un pionero mundial en esta ciencia, junto con su hermano Luis Herrera Estrella.
Andrés González Barrios, de la Universidad de los Andes, Colombia, dará la conferencia “Las ómicas en el diseño de productos y procesos”.
La especialista en sustentabilidad en la cadena alimentaria, Amparo López Rubio, del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos, España, hablará sobre “Estrategias de valoración para mejorar la sostenibilidad de la cadena alimentaria”.
Anne Meyer, Universidad Técnica de Dinamarca, Dinamarca, platicará sobre tecnología enzimática, y Seyed Soheil Mansouri, de la misma universidad, dará una charla sobre el desarrollo de bioprocesos y estrategias multiescala para llegar a la sociedad.
El último día, Janet Gutiérrez Uribe, líder de la Unidad de Alimentos Saludables en The Institute for Obesity Research, dará la conferencia magistral “Innovación y emprendimiento para el desarrollo de alimentos sustentables”.
Además, habrá paneles de bioemprendimiento y sesiones paralelas de investigación en la que alumnos presentarán sus trabajos de investigación. Al final de la jornada, habrá un festejo por el aniversario del Centro de Biotecnología FEMSA.