La Covid-19, el auge de los tenis en los últimos 10 años, la resignificación del lujo y la infantilización de la adultez han cambiado la moda y las tendencias de los últimos años
Ya no necesitas tacones para estar arreglada, ¿qué ha cambiado? (Foto: iStock)
A partir de la pandemia, nuestra ropa favorita es la más cómoda: pantalones con elástico de telas frescas y cómodas, suéteres, sudaderas, joggers, tenis y sandalias.
De hecho, las categorías más vendidas durante 2020 y 2021 fueron pijamas y deportes, además, llegaron tendencias como el leisurewear (ropa bonita para estar en casa) y el streetwear (ropa de calle relajada), explica Natalia Silva, diseñadora de moda.
Después, con el regreso a la oficina, las cosas también cambiaron, aprendimos a mezclar pantalones formales con prendas deportivas como blusas y tenis. Esta fue la manera en la que la pandemia y otros factores han modificado la manera en la que vestimos.
Para Natalia Silva, quien se dedica a predecir y proponer tendencias de moda, esto tiene que ver con cuatro factores: la pandemia, el auge de los tenis en los últimos 10 años, la resignificación del lujo y la infantilización de la adultez.
“La pandemia nos enseñó que podemos estar cómodos y vernos bien, con una camisa arriba y pants con pantuflas debajo. La comodidad del home office, se ha trasladado a la vuelta a la oficina con ropa más relajada o combinando formal y deportivo”, explica en entrevista con Tec Review.
Además, la moda también ha experimentado el crecimiento de demanda de los tenis desde hace 10 años. La consultoría Grand View Research estima que el mercado mundial de calzado deportivo alcanzará los 196.1 mil millones de dólares para 2030. Esta prenda ya se combina con todo, con vestidos, faldas y hasta con prendas formales.
Por otra parte, se ha resignificado el lujo en la industria. Natalia explica que, “hace algunos años el lujo eran prendas como trajes, corbatas, relojes, camisas, mancuernillas y portafolios, pero hoy, un chico que viste una camiseta, jeans y tenis Balenciaga puede ser sinónimo de riqueza”.
Cada vez más marcas de lujo sacan al mercado tenis y camisetas de algodón básicas, por ejemplo los tenis Balenciaga con apariencia de estar sucios, rotos y desgastados de 42,000 pesos.
“El valor monetario se ha trasladado a otro tipo de prendas que hablan de un lenguaje más casual o el streetwear”, indica.
Pero ¿por qué las marcas de lujo siguen una tendencia más relajada? Además de los cambios sociales causados por el virus SARS-CoV-2, hay otro fenómeno social que la moda ha denominado: la infantilización de la adultez.
“Los millennials somos los nuevos adultos y no nos apegamos a los códigos de adultez de la generación anterior, esto lo vemos en memes que comparan lo que nuestros padres hacían a nuestra edad”, indica.
Esto, en la moda, se traduce en camisetas de caricaturas de la infancia, tenis y colores divertidos; “los millennials representan otro tipo de adultez, una más infantil y nostálgica”, dice Natalia.
Una teoría de la industria de la moda es que existen ciclos de 30 años que permiten que la moda vuelva, por ejemplo, en la actualidad vemos ropa de las décadas de los 80 y 90.
“Esta hipótesis explica que hay un especie de placer en la nostalgia y cada 30 años vuelven las tendencias del pasado”, detalla.
Cada vez prestamos más atención a qué, cómo y dónde compramos. Desde 2020, un informe de la consultora multinacional Capgemini arrojó que un 79% de los consumidores está cambiando sus preferencias de compra basándose en la sostenibilidad.
El mismo estudio detalló que el 67% de los consumidores es más consciente de la escasez de recursos naturales debido a la crisis del Covid-19 y el 65% está más interesado en las repercusiones de su consumo en la nueva normalidad.
En otras palabras, las personas optan por prendas elaboradas con materiales orgánicos o reciclados, de emprendedores locales; compraron en bazares de segunda mano y aprendieron que pueden darle larga vida a sus prendas.
También, durante la pandemia los consumidores compraron menos ropa. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) documentó que en 2020 los mexicanos disminuyeron su gasto en ropa y calzado en un 42%, respecto a las cifras de 2018. Entre otros motivos porque el dinero se dirigió a salud, el cual tuvo un incremento del 40%.
Así es como los clósets se volvieron más inteligentes, con inversiones en prendas o accesorios que pueden aportar diversas combinaciones y con ropa más cómoda, explicó la diseñadora de moda y emprendedora, Natalia Silva.
En medio del auge de la ropa cómoda surgió el estilo aesthetic, una tendencia en la manera en la que visten los jóvenes de la generación z. Este movimiento privilegia todo lo estético y bello. Natalia Silva explica que esta nueva manera de vestir también tiene una explicación.
“Mientras los millennials ya trabajaban en la pandemia, la generación Z aún estudiaba y argumentan que pasaron los mejores años de su juventud encerrados, ahora quieren salir y destacar”, dice.
Entonces, nace la tendencia aesthetic donde se usa los brillos, el neón, combinaciones alocadas de color y texturas, tacones enormes, “y sobre todo, donde las líneas del género se diluyen”, detalla.