Alfonso Molina cuenta el sufrimiento de quienes buscan el “sueño americano” a través de la ópera. Y escribe para crear conciencia de lo que viven.
Molina dice que en el extranjero le han abierto más puertas que en México para presentar su música. (Foto: Cortesía)
Alfonso Molina conoce el sonido de la arena bajo los pies, la fuerza del sol y el frío del desierto que atraviesan millones de migrantes para llegar a Estados Unidos. Nació y creció en Sonora, rodeado de toda clase de narraciones alrededor del “sueño americano”. Hoy su trabajo consiste en transformar esas historias en música y letra.
“No me gustaba la ópera del siglo XIX. Me parecía muy lejana a lo que nosotros vivimos, ya no cumplía esa función de comprometer a la gente con la realidad; entonces, decidí escribir acerca de una temática muy dolorosa y muy cercana a mí: la migración”, dice Molina, compositor de ópera, música orquestal, música de cámara, música de cine y otros medios audiovisuales.
En 2006, el trabajo de Alfonso Molina fue reconocido por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) con el premio Ariel por su composición en el documental De nadie: morir cruzando.
En entrevista con Tec Review, este compositor y profesor de tiempo completo de la Escuela de Humanidades y Educación del Tecnológico de Monterrey nos cuenta su historia.
La ópera tiene el objetivo de sensibilizar a la gente, explica Alfonso Molina, con eso en mente se sienta frente al piano y comienza a traducir su investigación en notas y estrofas. (Foto: Cortesía)
Las composiciones de Molina están basadas en hechos reales. “Hacemos entrevistas, seguimos casos, vamos con el Instituto Nacional de Migración. Es un trabajo muy formal de investigación”, dice.
Él conoce todos los peligros a los que los extranjeros están expuestos: deshidratación, la picadura de víboras venenosas, el calor del desierto y el crimen organizado.
Tan solo en lo que va del 2022, las autoridades fronterizas han recuperado los cuerpos de 96 personas en el desierto de Arizona, según el mapa Arizona OpenGIS Initiative for Deceased Migrants o Iniciativa Abierta de Arizona para Migrantes Fallecidos (en español) del grupo humanitario Humane Borders o Fronteras Compasivas, basado en datos forenses oficiales.
En los últimos 16 años, este mismo grupo ha documentado las muertes 2,906 migrantes a lo largo de la frontera de Arizona con México.
Familiares y amigos de Molina han sido víctimas de estos peligros. El compositor considera que los artistas deben hablar del tema que conocen.
“La gente ha recibido bien mi ópera porque ve que está basada en algo real. Cuando no es así, el público lo siente, se nota”, dice.
Alfonso Molina ha escrito dos óperas inspiradas en el fenómeno de la migración: Inmigrante ilegal (2014) y Cartuchos de fuego (2020), además del primer musical mexicoamericano Monarca.
La primera ópera fue escrita en Nueva York, mientras Molina vivía allá. “Fue muy especial para mí porque implicó visitar el desierto a través de mis recuerdos, lejos de México, pero cerca al mismo tiempo. Escribí las escenas a través de un viaje introspectivo”.
El compositor mexicano recreó todos los sonidos del desierto y le dio letra. Inmigrante ilegal habla acerca de los minuteman, grupos de civiles armados antiinmigrantes que cazan indocumentados.
“Yo conocí a un minuteman que estaba muy orgulloso de serlo y lo describí en una de las escenas. Estos grupos alegan cazar venados, pero en realidad matan personas”.
Una de las presentaciones más significativas para el compositor fue en el muro entre Nogales y Estados Unidos, justo al lado del monumento a José Antonio Elena Rodríguez, un niño de 16 años que fue asesinado en 2016 por un agente de la Patrulla Fronteriza por lanzar piedras.
Según la necropsia, el menor recibió –al menos– nueve disparos transfronterizos en su cabeza y espalda. Su muerte sigue impune.
“Fue superemotivo, porque era una denuncia a todas estas prácticas antiinmigrantes y, en la composición, puedes escuchar la decadencia y la tragedia”, cuenta.
La última obra de Molina es el primer musical mexicoamericano, donde utiliza la ruta de migración de las mariposas monarcas para ilustrar la de los migrantes en Estados Unidos.
La primera generación de mariposas muere en Texas y es hasta la tercera o cuarta generación que vuelven a México. “Lo mismo pasa con nuestros paisanos, la primera generación muere allá”, cuenta.
Sin embargo, en México las piezas de este artista se presentan a puerta cerrada, en teatros contados, mientras, del otro lado de la frontera, los espacios para presentar estas óperas son más grandes.
“A veces hay que ser exportados para ser reimportado y así me ha pasado, como a muchos otros artistas, he tenido que estrenar fuera de México y después esperar a que mi propio país me invite”.
Una de las puestas en escena más significativa para el compositor fue en el muro fronterizo entre Estados Unidos y México, justo al lado del monumento a José Antonio Elena Rodríguez, un niño de 16 años que fue asesinado en 2016 por un agente de la Patrulla Fronteriza. (Foto: Cortesía)
La ópera tiene el objetivo de sensibilizar a la gente, explica Alfonso Molina y, con eso en mente, se sienta frente al piano y comienza a traducir su investigación en notas y estrofas.
Su música es ecléctica, enérgica, utiliza sonidos electrónicos. “No van a encontrar clichés en mis composiciones, me gusta contar desde otro lado. No van a encontrar mariachi, estoy más interesado en transportar al público al lugar”, dice.
En 2014, cuando Molina escribió Inmigrante ilegal, creyó que retrataría un fenómeno del pasado, pero, a tan solo a cinco meses del 2022, más de un millón de migrantes han pasado por territorio mexicano hasta cruzar hacia Estados Unidos y, durante marzo, abril y mayo, se batieron los récords históricos de detenciones de indocumentados en ese país, según cifras de Instituto Nacional de Migración.
Aunque los temas del profesor del Tec de Monterrey son historias que se repiten una y otra vez, él tiene la esperanza de que sensibilicen a las personas, de que lo sientan tan cercano como él lo vive.
“Escribo de desaparecidos, de madres buscadoras, de temas muy dolorosos, muy fronterizos, muy de Sonora. Pero los escribo siempre con la esperanza de que sean un tema del pasado”, dice.
“Cerebralmente hablando, cuando escuchamos el mensaje en español tenemos que decodificarlo, cambiar la estructura gramatical y adaptarlo a la cultura de sordos. Todo esto en tiempo real”, describe Liliana Ruiz, perito traductor de la Lengua de Señas Mexicana en el Tribunal Superior de Justicia de Querétaro. (Foto: Cortesía)