Las observaciones de astrónomos mexicanos con el Gran Telescopio Milimétrico, ubicado en el estado de Puebla, México, formaron parte de esta aportación internacional.
En la imagen vemos al agujero negro. De hecho, “la sombra” que deja, porque debido a su fuerza de gravedad, incluso la luz no puede escapar a su fuerza de atracción. (Foto: NASA)
Por primera vez en la historia se obtuvo una imagen del agujero negro supermasivo que se encuentra en el corazón de nuestra galaxia, la Vía Láctea, gracias a la Colaboración del Telescopio del Horizonte de Eventos (Event Horizon Telescope Collaboration, EHT), del cual México forma parte.
Este objeto fue nombrado Sagitario A* o Sgr A*, se encuentra a 27,000 años luz de la Tierra y los astrónomos consideran que no es el único, todas las galaxias –seguramente– tienen en el centro de su estructura un agujero negro.
Se trata de la segunda imagen de un agujero negro revelada por el EHT, la primera fue en 2019 al M87*, ubicado en el centro de la galaxia elíptica gigante Messier 87.
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La aportación de los astrónomos que conforman este proyecto internacional se reveló hoy de forma simultánea en todo el mundo.
En México, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) convocó a rueda de prensa con los astrónomos mexicanos que participaron.
El EHT creó una red de ocho radiotelescopios que en conjunto crean un único telescopio virtual del tamaño de la Tierra, uno de ellos es el Gran Telescopio Milimétrico Alfonso Serrano (GTM), ubicado en el estado de Puebla, México.
“La participación del GTM en el EHT es importante, en parte porque el GTM es el radiotelescopio de plato único más grande del mundo, diseñado y optimizado para realizar observaciones en una longitud de onda de un milímetro”, dijo David H. Hughes, director del GTM en el comunicado del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica.
Por la ubicación del GTM en la región central de la red mundial de telescopios del EHT aportó datos importantes para mejorar la calidad de la imagen final.
El EHT observó durante varias noches a Sagitario A*, como una cámara fotográfica tradicional lo haría a un objeto con un tiempo de exposición largo.
El hallazgo se publicó hoy en el número especial de la revista The Astrophysical Journal Letters.
Técnicamente un agujero negro no puede ser examinado directamente, ya que el objeto es tan denso y su fuerza de gravedad tan poderosa, que incluso la luz no puede escapar a su fuerza de atracción. Pero sí se puede detectar la materia que circula a su alrededor, antes de ser engullida.
De tal forma que en la imagen vemos el gas resplandeciente que rodea al agujero negro (los expertos le llaman sombra), es una una estructura similar a un anillo o a una dona.
La imagen capta la luz curvada por la poderosa gravedad del agujero negro, cuya masa es cuatro millones de veces la de nuestro Sol.
“Lo sorprendente es lo bien que coincide el tamaño del anillo con las predicciones de la teoría de la Relatividad General de Einstein”, declaró el científico del proyecto EHT Geoffrey Bower, del Instituto de Astronomía y Astrofísica de la Academia Sinica de Taipei.
Laurent Loinard, del Instituto de Radioastronomía y Astrofísica de la UNAM, añadió que a diferencia de la primera imagen de un agujero negro, conocido como M87*, en el centro de la galaxia elíptica gigante Messier 87, Sagitario A* “tiene una masa extremadamente bien determinada y se encuentra a una distancia que se conoce con mucha precisión”.
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La imagen presentada es fruto de varias horas de observación realizadas esencialmente en 2017, y luego de cinco años de cálculos y de simulaciones llevadas a cabo por más de 300 investigadores de 80 institutos.
Se utilizaron supercomputadoras para combinar y analizar sus datos, todo ello mientras los astrónomos compilaban una biblioteca sin precedentes de simulaciones de agujeros negros para compararlos con las observaciones.
“Para México es muy importante continuar perteneciendo a la colaboración del EHT, pues le da visibilidad a la ciencia mexicana y al GTM a nivel mundial”, dijo Gisela Ortiz-León, investigadora postdoctoral en el Instituto de Astronomía de la UNAM. (Con información de AFP)