Expertos nos dan su punto de vista sobre el futuro del cuerpo de agua más importante de la Cuenca de México.
El decreto por el que se crea el Área Natural Protegida Lago de Texcoco es un obstáculo legal para impedir que en un futuro se intente construir un nuevo aeropuerto en la zona. (Foto: AFP)
La declaración como Área Natural Protegida (ANP) del Lago de Texcoco, publicado por decreto presidencial el pasado 22 de marzo en el Diario Oficial de la Federación, no significará que se vaya a restaurar el lago para que cumpla con funciones de cuidado del medio ambiente, como reducir las olas de calor o evitar inundaciones.
Tampoco reducirá la especulación inmobiliaria sobre esos terrenos, pues una parte del decreto autoriza la construcción y mantenimiento de infraestructura pública o privada, así como actividades ganaderas y agrícolas.
Expertos consultados por Tec Review consideran que la decisión, más que ambiental, ha sido política: el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, está creando los mecanismos legales para obstaculizar el camino a quienes pretendan revivir el proyecto de construcción de un aeropuerto cuando concluya su mandato.
El Lago de Texcoco se encuentra en condiciones deplorables, de acuerdo con el investigador de la UNAM, Luis Zambrano, pero a pesar de ello, recibe 150,000 aves migratorias al año. (Foto: Shutterstock)
Hace al menos cuatro sexenios atrás se previó que el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México quedaría rebasado ante el aumento del tráfico aéreo y de pasajeros.
En la administración del presidente Vicente Fox se anunció en 2006 la expropiación de terrenos a ejidatarios para la construcción de un nuevo aeropuerto en Texcoco que dio lugar a una serie de enfrentamientos con el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra en San Salvador Atenco, donde se registraron abusos de autoridad y violaciones a los derechos humanos.
El presidente Enrique Peña Nieto retomó el proyecto, pero la obra quedó inconclusa y cuando el actual mandatario, Andrés Manuel López Obrador, asumió el cargo en 2018 la canceló y propuso en su lugar la ampliación de la Base Aérea Militar de Santa Lucía, hoy Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles.
Con el decreto se pretende poner fin a años de conflictos sociales con el argumento de que las más 14,000 hectáreas tienen un valor medio ambiental, lo cual es cierto, pero no necesariamente se le habilitará para que proporcione los servicios ecosistémicos que tanto necesita el Área Metropolitana del Valle de México en el contexto del cambio climático.
El investigador del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Luis Zambrano, junto con otros científicos se pusieron desde un inicio a la construcción de un aeropuerto en esa zona, porque es el relicto (los remanentes que sobreviven) de los cinco lagos que tuvo Tenochtitlán.
Es hogar de flora y fauna nativa, es un humedal que evita inundaciones en temporada de lluvias y reduce las olas de calor.
Sin embargo, ahora que fue declarada ANP, Zambrano considera que no necesariamente es buena noticia ni va a ayudar a la ciudad a afrontar de manera directa el cambio climático.
“Básicamente es letra muerta (el decreto) porque este gobierno en particular le tiene poco aprecio a los decretos del estilo, solo veamos Xochimilco, que a pesar de ser un sitio RAMSAR, ANP, Patrimonio Mundial de la Unesco, y más, y aún así le pasaron por encima un puente vehicular, sin consulta alguna”.
Se le suma que a la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), organismo responsable de estos sitios, le han reducido su presupuesto de forma muy dramática y que han anunciado la construcción de un parque recreativo en Texcoco que –en realidad– destruiría al ecosistema que ahí sobrevive.
Un parque no es sinónimo de Área Natural Protegida, porque implica: construir, hacer estacionamientos, crear infraestructura, generar presión sobre la fauna y flora.
“Yo diría que solo sirve para que el gobierno obtenga fanfarrias y, en términos políticos, el presidente le está obstaculizando el camino a quienes busquen –cuando termine su mandato– revivir la construcción de un aeropuerto, pero no es su objetivo la restauración del lugar”.
El Lago de Texcoco es considerado el cuerpo de agua más importante de la Cuenca de México, ya que es el único vaso regulador hídrico y climático que existe al Oriente del Estado de México.
Llama la atención que en el decreto donde se asienta que es hábitat de más de 250 especies de flora, más de 370 de fauna y más de 10 especies de hongos y musgos, donde se enlista a especies en peligro de extinción como el rascón azteca (Rallus tenuirostris) y el mexclapique de la Cuenca de México (Girardinichthys viviparus), también se permita construir y dar mantenimiento a infraestructura pública o privada, y llevar a cabo actividades agrícolas y ganaderas.
Luis Zambrano considera que de esta forma “se deja abierta la puerta para que continúe la especulación de terrenos por parte del sector inmobiliario”.
Alguien puede construir su “ecohotel” de cinco estrellas con un parque de diversiones y como es un parque entraría como ecológico aunque sea todo lo contrario.
El experto piensa que detrás de este decreto como ANP faltó planeación, realizar estudios de viabilidad y consultar a los ecólogos.
Lo más importante es conservar la forma (las especies del lugar como las aves, anfibios y reptiles) y la función de un ecosistema (cómo fluye la energía en sequías e inundaciones).
Este lago también es hogar del ajolote del Altiplano (Ambystoma velasci), el pato mexicano (Anas platyrhynchos), el chorlo nevado (Charadrius nivosus) y anualmente se recibe hasta a 150,000 aves migratorias.
Esto no descarta que haya actividades humanas en las ANP, pero se establecen luego de hacer un análisis del flujo ecosistémico.
En este caso, Zambrano considera que el proyecto del parque solo estuvo supervisado por arquitectos, dejando de lado el diagnóstico de los ecólogos (una comunidad muy pequeña de la que no tiene conocimiento que se le haya consultado).
El proyecto del Parque Ecológico Lago de Texcoco presentado por el arquitecto Iñaki Echeverría implicaría una mayor destrucción del hábitat natural pues contempla la construcción de todo un complejo para realizar actividades deportivas y artísticas. Los ecólogos dicen que nunca se les consultó su viabilidad. (Foto: Gobierno de la CDMX/SEMARNAT)
Enrique de la Madrid, director del Centro para el Futuro de las Ciudades, del Tec de Monterrey, coincide en que el decreto es un pretexto y una maniobra legal para “generar todo tipo de obstáculos y hacer todo lo posible para que en un futuro no se pueda retomar el proyecto del aeropuerto en Texcoco”.
Opina que el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles no resuelve la congestión de la aviación ni el crecimiento de la carga de pasajeros que ya existe ahorita y que se agravará con el crecimiento mundial de la población.
Con la cancelación en 2018 del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAIM) se mandó la señal de que en México no hay certeza sobre las inversiones, que en cualquier momento el gobierno puede retirar proyectos.
“Pero el aeropuerto que se estaba construyendo contribuía a generar un Hub de desarrollo y empleos de manera sustentable”, opina el exsecretario de Turismo.
Junto con la pandemia, es la razón de que el Producto Interno Bruto en los últimos tres años sea de -3.5% y este año no parece que se vaya a compensar porque no hay confianza.
“El gobierno debe coadyuvar a que se generen las condiciones ideales para que haya inversiones extranjeras y nacionales por parte del sector privado y que haya crecimiento económico”, comenta.
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El argumento de que al gobierno mexicano le preocupa el cuidado del medio ambiente no es creíble, desde el punto de vista de la Madrid, pues mientras declara ANP un área que ya se encuentra alterada por la actividad humana y en proceso de urbanización, destruyeron cientos de hectáreas de manglar en Dos Bocas, Tabasco, para construir una refinería.
Otro proyecto emblema de este sexenio es el Tren Maya que en los hechos implica la tala de miles de hectáreas de selva.
“Incluso, hay un decreto inconstitucional que pretende que el gobierno no haga estudios de impacto ambiental en proyectos de infraestructura de ese tamaño”.
Considera que es una doble contradicción que en el Lago de Texcoco se pretenda construir una parque si como ANP no debería de construirse nada, justamente para preservar a la naturaleza.
Puede haber crecimiento económico que tome en cuenta el cambio climático, promover el bienestar y generar ingresos con proyectos de desarrollo sustentable, dice.
“Cualquier obra afecta al medio ambiente, hasta un parque público, una casa, un edificio o un hospital y no por eso los dejaremos de construir, más bien hay que tomar en cuenta el criterio de sustentabilidad”.