El concepto ha cambiado al igual que las estructuras, te explicamos cuáles son las características principales que nos ayudan.
¿Cómo retener talento? ¿crear mejores ambientes entre tu equipo? Te contamos. (Foto: iStock)
Según el Observatorio de Liderazgo del Tec de Monterrey, el liderazgo es un proceso complejo con múltiples dimensiones, pero –a lo largo de la historia– se ha asociado con el poder. Sin embargo, las nuevas estructuras horizontales nos enseñan a cambiar la idea de qué es un verdadero líder.
El concepto de liderazgo transformacional surgió en 1973 por James V. Downton, la idea fue expandida por James Burns en 1978 y el concepto como modelo lo desarrolló en 1985 Bernard M. Bass.
Ahora, la pandemia evidenció cuán importante es que las empresas cambien y se adapten a los nuevos entornos, pero aunque suena fácil, el proceso puede ser complicado y representar todo un reto porque implica replantear su modelo de negocio, indica el doctor José Manuel Maraboto, director del Departamento de Estrategia y Liderazgo de EGADE Business School del Tec de Monterrey.
Que las empresas participen en la economía digital, dice, requiere toda una transformación de la organización y para ello, se necesitan líderes que alienten, inspiren y motiven a sus colaboradores a innovar y a crear cambios que les van a ayudar a crecer y a darle forma al éxito de la organización en el futuro.
“Hemos vivido en un entorno volátil, complejo, ambiguo, que requiere este estilo de liderazgo transformacional, pero con la pandemia este cambio tan drástico y abrupto nos está obligando a cambiar de forma inmediata”, dice Maraboto.
El perfil de un líder transformacional debe cumplir con cuatro elementos que describe Roberto Rojero Jiménez, docente de tiempo completo del Departamento de Ciencias Económico-Administrativas del Instituto Tecnológico de Durango:
Lo que conocemos como carisma. Que el líder sea alguien que admiremos y sigamos por sus características positivas, porque vemos algo casi casi místico en esa persona que no nos ofrecen otros líderes. La persona tiene ese ‘algo’ que nos hace desear ser como él e incluso tiendo a mimetizarme y a comportarme como él.
El líder bajo este perfil propone a los trabajadores y los incentiva a ser creativos, a buscar nuevas formas de resolver problemas, a generar ambientes de tolerancia y de compartir. Los estimula y reta a ser mejores.
Tiene que ver con qué tanto se preocupa el líder por las necesidades de sus subordinados. Si tienen un trabajo digno, si tienen prestaciones adecuadas, si tienen problemas familiares y requieren permisos para atenderlos o ser flexibles con eventualidades como la pandemia y permitir que trabajen desde casa.
Motivar con base en los aspectos propios de la organización que te hacen dar más allá. Por ejemplo, usar los valores de la empresa, sus ventajas competitivas para motivar a los colaboradores a cumplir con sus metas y objetivos.
Empresas, hospitales, escuelas y familias pueden usar el liderazgo situacional. Éste se define como un estilo de mando dinámico y mutable que toma en consideración las habilidades de sus empleados para ejercer una forma específica de mando.
Lo clave son cuatro estilos de liderazgo que van a empatarse con el tipo de madurez que tienen los integrantes de un equipo, comenta la psicóloga Diana Buzo Zarzosa, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Estos tipos de liderazgo que ejercerá el dirigente van de la mano de la madurez que tienen los integrantes del equipo para realizar una tarea.
La madurez de cada integrante del equipo será determinada por sus habilidades blandas (soft skills), que son aquellas destrezas que están relacionadas más a la forma de ser del individuo y su mentalidad, por ejemplo: la creatividad, el manejo eficaz de la presión o su gran capacidad para escuchar y comunicar.
También intervienen en este análisis, las habilidades duras de las personas, que son aquellas competencias que aprendimos en nuestro periodo de formación profesional como, desarrollo de software, administración, es decir, todo lo que se puede aprender y certificar.
“Con ello se promedia la madurez de un miembro para realizar una tarea. Tal vez los promedios no sean exactos a los que necesitas, pero vas a tomar los que más se acerquen”
Ser un buen líder significa usar bien el poder que tu equipo de trabajo te confía para alcanzar los objetivos. Un líder influye de forma positiva y asertiva al equipo que tiene a cargo, y encamina los esfuerzos para alcanzar la meta propuesta desde el inicio.
Ejercer el liderazgo situacional requiere de una gran capacidad de observación por parte del líder para conocer a su equipo y sus habilidades.
Pues las cuatro formas de liderazgo se van a empatar con los cuatro tipos de madurez de tu equipo.
Te has preguntado ¿qué es un life coach? y ¿por qué cada vez las personas acuden a este recurso para buscar un sentido de vida?
Quizás has escuchado del coaching empresarial, coaching politico, coaching nutricional, coaching educativo, coaching deportivo, coaching de vida (life coaching).
Cada uno se especializa en el área de conocimiento, de interés o entorno del cliente.
Sin embargo, hay algunos que se hacen pasar por coaches solo porque hicieron un curso de una semana y andan en la web vendiendo humo.
Para salir de dudas, en Tec Review platicamos con diferentes coaches y en esta ocasión conversamos con una life coach.
Se trata de Aurora Zepeda, quien además de ser periodista, encontró en esta disciplina del coaching una pasión por ayudar a los demás a cruzar sus propios puentes y lograr su propósito de vida.
La palabra coaching tiene sus orígenes del húngaro” kocsi”, que significa una carreta especial con un sistema de suspensión más cómodo que toma el nombre de la ciudad húngara de Kocs.
Esto de acuerdo a la recopilación que hace la psicóloga y coach ejecutiva, Montse Sans Zapata, en la revista de investigación 3Ciencias.
Más tarde el término pasó al alemán como “kutsche”, al italiano como “cocchio”, al inglés como “coach” y al español como “coche”.
Esto, para explicar que el coaching tiene la implicación de transportar a las personas de un lugar a otro, es decir, de donde están a dónde quieren llegar.
La International Coach Federation (ICF), una de las instituciones reconocidas para la certificación de coaches, describe esta disciplina como aquella que pone en el centro al coachee –que es la persona que va a recibir la orientación–, el cual está dispuesto a recibir un acompañamiento para llegar a una meta que le gustaría alcanzar en el futuro.
De acuerdo con la life coach Aurora Zepeda, el coaching es una disciplina que se apoya en la psicología y en los descubrimientos de las neurociencias para encontrar las mejores estrategias y herramientas para ayudar a los coches.
“¿Qué es lo que hace un coach de vida? El asunto aquí es que nosotros los coaches ayudamos a nuestros coachees (clientes) para que primero sepan donde están, para que se hagan un autodiagnóstico. Nosotros no diagnosticamos, nosotros tenemos la herramientas para que las personas hagan su propio diagnóstico”, explica.
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Lo tradicional que hace un life coach para evaluar a su coachee es pedirle que realice una rueda de la vida.
Aurora Zepeda detalla que esa rueda de la vida no es más que un autodiagnóstico, en donde el coach va a evaluar cómo están sus relaciones, su nivel laboral y espiritual (si es que esa persona cree en una vida espiritual).
Añade que los coachs evalúan cómo está el nivel de satisfacción en general de la vida de aquellas personas entre varios factores y derivado de eso, se elabora un plan.
Y en caso de no tenerlo, los coaches ayudan al cliente a que transforme ese objetivo en una meta a cumplir.
“No es lo mismo que tú me digas: ‘quiero mejorar la relación con mi marido’. Pero, ¿para ti qué es mejorar la relación con tu marido?… la mayoría de los clientes llegan así, con mucha variedad y no tienen en claro lo que quieren”, cuenta.
Aurora Zepeda explica que –al momento de ir con un coach– éste te debe ayudar a cuantificar. En pocas palabras, te debe ayudar a aterrizar en forma concreta ciertas situaciones, no dejarlo de forma abstracta.
Además, tiene que ser algo realista.
El coaching empresarial es una disciplina que ha tomado auge en los últimos 20 años. Muchas empresas consideran indispensable incorporar estas técnicas en sus procesos diarios.
Pero, ¿qué es? ¿cómo identificar la idoneidad de un coach empresarial? ¿cómo saber que un proceso de este tipo está funcionando para la organización?
Sharon Marcano, quien dirige la firma Aware Talent Group en Estados Unidos, explica que el coaching empresarial es una disciplina enfocada a orientar y conducir a personas y organizaciones para que maximicen su desempeño.
Comenta que esto se logra a través de entender el origen desde donde se parte, identificando todas aquellas situaciones que representan obstáculos para la empresa, el líder o para los equipos de trabajo y –con ello– se puede establecer una guía para superar esas dificultades.
Expresó que en el coaching empresarial lo que se busca es a desarrollar competencias e identificar modelos mentales que ha aprendido la persona, la forma en cómo maneja sus emociones, revisar su competencia lingüística y la forma de relacionarse con otros.
“También observamos sus patrones emocionales y de pensamiento que permiten generar procesos de coordinación de acciones, manejo de conflicto, gestión de equipo de trabajo. Todo esto apuntando siempre a identificar áreas de oportunidad para mejorar su desempeño y el de toda organización”, comenta Marcano.
Mario Sandoval, fundador de la Academia Mexicana de Formación Integral explica a Tec Review que el coaching empresarial es el acompañamiento confidencial que hace un coach con un coachee en un proceso creativo y de reflexión que lo impulsa al logro de sus metas y objetivos dentro de una organización.
“Es un proceso enfocado a concatenar lo que la empresa requiere de él con sus propios objetivos de vida”, comentó Sandoval, quien tiene más de ocho años de experiencia en coaching.
Los especialistas consultados dan consejos sobre cómo identificar un coach empresarial idóneo.
Sharon Marcano menciona que un requisito fundamental para no ser engañado al momento de buscar o contratar a un coach empresarial consiste en buscar si el candidato o candidata está certificado por alguna escuela que está debidamente registrada ante la Federación Internacional de Coaching.
Agrega que otro indicio es que sea capaz de mencionar tanto sus fortalezas como sus limitaciones.
Dice que muchos pretenderán sobrevender sus fortalezas, pero que es bueno que se valore la honestidad sobre las cosas de las que no se tiene tanto conocimiento o experiencia.
“Si una empresa portuguesa me busca para proceso de coaching, yo podré decirle que estoy para preparada para apoyarle en sus necesidades, pero tendré que reconocer que una debilidad mía es que no hablo portugués y que –por tanto– el idioma será una limitante en el proceso de comunicación. Hacer ver esto ayudará a ambas partes a tomar mejores decisiones”, explica.
Añade que hay quienes se especializan en trabajo en equipo y otros no, lo que lleva a que en este tipo de situaciones se tienen que mencionar para que haya una mejor evaluación por parte del cliente para que la asesoría se ajuste a sus necesidades.
Mario Sandoval, quien es instructor certificado y evaluador de competencias enfocadas al desarrollo de las personas y al cambio de cultura en las organizaciones, dio unas claves de cómo identificar a un coach empresarial idóneo y expresó que, como cualquier adquisición de un bien o servicio, es necesario averiguar sobre la experiencia, preparación, trayectoria y reputación de quien se ofrece como entrenador.
“Muchos coach ofrecen ‘productos milagro’ en sus asesorías. Eso de ‘entra a mi entrenamiento y tu empresa prosperará en dos semanas’ es señal clara de que se está frente a un fraude“, ejemplifica Sandoval.
Añade que otro indicador que se tiene para saber si un coach puede representar un riesgo es ver el tipo de resultados que ofrece. Es decir, si plantea promesas de resultado en poco tiempo, lo más probable es que no convenga contratar sus servicios.
“Las redes sociales, que hoy prácticamente se usan para todo, puede ser un buen vehículo para averiguar sobre los servicios de coaching. Buscar qué tipo de comentarios tiene y ver su historial puede ser un buen paso para ver qué tan confiable podría ser un coach empresarial”, dice Sandoval.
Puede parecer una historia de terror: comienzas el trabajo de tus sueños, quieres desarrollarte, aprender y crecer, pero con el tiempo ves un obstáculo: tu jefe ha creado un ambiente laboral tóxico. Y –como dicen los reclutadores– “la gente no renuncia a un trabajo…renuncia a sus jefes”. Entonces, ¿cómo debe ser la inteligencia emocional en líderes?
La inteligencia emocional, dice Elliott Tyler Kruse, investigador y profesor de la Business School del Tecnológico de Monterrey, Campus Santa Fe, es la habilidad de entender a las otras personas pero también las emociones propias. Ambos son componentes integrales.
“No se pueden resolver conflictos ni navegar obstáculos si no puedes con tus propias emociones. Es muy posible que el líder –si tiene problemas internos y no sabe cómo dirigirlos– se desquite con otros que no tienen nada que ver. Ese es un mal liderazgo porque no resuelve, e incluso agrava, un conflicto y crea un ambiente hostil”.
No se debe negar el enojo ni la frustración, explica el experto, más bien hay que encauzar. No se trata de actuar en cada emoción cuando la sientes.
Hay que reconocer la emoción, pensarla y, después, decidir cómo actuar ante ella. Puedes escribir una nota y no enviarla, el simple acto de escribir puede guiar tus pensamientos y descubrir exactamente qué estás sintiendo y el porqué.
“¿Servirá gritarle a la persona que me causó tal emoción? Seguramente servirá de muy poco. Puedo tomarme unos minutos y luego ya hablar con la persona, preguntarle por qué lo hizo, expresarle lo que me hizo sentir y dialogar para resolver el problema”, propone Elliott Tyler Kruse.
El doctor en filosofía por la Universidad de California, Riverside, añade que no solo hay que entender las malas emociones para dirigirlas de manera positiva, también hay que entender las emociones positivas, porque nos dan la habilidad de ver qué quieres, qué te motiva y cuál es tu visión y valores.
No hay un liderazgo ideal ni único sino muchos y con múltiples matices que dependen de la personalidad, el contexto y situación, es por eso que existen las escuelas de negocios en donde los líderes pueden aprender y desarrollar habilidades blandas.
Un elemento esencial de la inteligencia emocional y el liderazgo es desarrollar la empatía, que es la habilidad de ponerse en el lugar de otra persona y a partir de ahí comprender sus sentimientos e identificarse con su situación.
La empatía es un requisito para la compasión, no vista como lástima, sino la forma de entender, escuchar y ser respetuoso, hablar con cuidado de no herir y apoyar en la medida de lo posible.
Tyler Kruse ha estudiado un concepto que también tiene que ver con un liderazgo positivo: la humildad.
El experto indica que este concepto no es sinónimo de pobreza, como se le suele relacionar, “es un valor que implica entender al otro, es lo opuesto al narcisismo, y puede ser muy útil para desarrollar la inteligencia emocional. Reconocer que tenemos la capacidad de herir a los otros”.
La Real Academia Española lo define como: “virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento”. Quizá sea el momento de ponerla en práctica en el área de trabajo. (Luz Olivia Badillo, Mariana Dolores, Laura Brugés)