La desinformación rompe la barrera del tiempo, espacio y el idioma para llegar a millones de usuarios.
Las noticias falsas pueden durar años en la web, explican los expertos. (Foto: iStock)
Existe una preocupación constante por la viralización incontrolable de las noticias falsas o fake news. Un video, un tuit, una nota, un post de Facebook puede ser información engañosa y ser difundidos a grandes escalas.
En 2017, los editores del Oxford English Dictionary seleccionaron fake news como las palabras del año, tras el aumento de su uso un 365%, durante el proceso del Brexit en Reino Unido y las elecciones norteamericanas en donde ganó Donald Trump.
Los investigadores Pablo Parra y Lidia-Oliveira identificaron que durante la discusión del Brexit se generaron un total de 115 noticias falsas favorables, replicándose 30 millones de veces.
El término es la traducción al español de noticias falsas. Para Miguel Ángel Bravo, fact checker de la agencia AFP en la Ciudad de México, la noticia falsa entra en la gran nebulosa de la desinformación.
Pero también se refiere al formato, es decir cómo se presenta. Esta forma de “hecho noticioso” como solemos verlo en los noticiarios, con datos ambiguos, falsos o engañosos. En la literatura sobre las fake news y la desinformación ambas se encuentran a un mismo nivel.
Sin embargo, de acuerdo con el Grupo de Expertos en Fake News y Desinformación Online o HLEG (por sus siglas en inglés) el término es “inadecuado para reflejar el fenómeno complejo que es la desinformación” donde se incluye prácticas y contenido fabricado o falso.
Por lo tanto, debe entenderse a las fake news como una arista de este gran fenómeno. La desinformación es transversal a diferentes ramas de conocimiento y de acuerdo con la Digital Future Society se refiere a la “Información falsa, inexacta o engañosa diseñada, presentada y promovida para provocar daño público de forma intencionada”.
El problema no se queda ahí. Este fenómeno se incrementa por el uso de redes sociales e internet y hoy el estatus se considera como “incontrolable”, según María Antonieta Barragán, académica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Por ejemplo, en un minuto navegando se producen 1 millón de inicios de sesión en Facebook, se envían 41.6 millones de mensajes por Messenger y WhatsApp, se realizan 3.8 millones de búsquedas en Google y se ven 4.5 millones de videos en YouTube.
El asunto no se queda ahí, la desinformación rompe el espacio de lo inmediato y la barrera del idioma, una noticia falsa puede quedarse por mucho tiempo, durante años y se traducen en muchos idiomas, identifica Miguel Ángel Bravo.
Las noticias falsas han existido siempre, pero debido a su aspecto difusor en estas plataformas permean a millones de personas debido a la interconexión con demasiados usuarios.
Para Alejandro Martín del Campo, director nacional del Programa de Periodismo del Tecnológico de Monterrey, toda desinformación cumple con un ciclo.
“Todo el circuito se genera en una web anónima, brinca a las redes, salió del ecosistema digital y le dio salida por otro lado”, dice.
Un aspecto fundamental es que apela 100% a la emoción, a la indignación, eso forma un gancho de forma inmediata para hacer clic a las fake news, describe el académico Martín del Campo.
Por otro lado, normalmente, las noticias falsas tienen éxito porque alimentan creencias, nutren una forma de ver el mundo y buscan ser replicadas con los grupos cercanos, amigos, familia, compañeros (lo que llamamos sesgo de confirmación), identifica María Antonieta Barragán.
Los expertos identifican tres formas: la primera tiene que ver con la alfabetización mediática e informacional (MIL, por sus siglas en inglés) que busca desde la educación básica dotar de instrumentos, herramientas, planes de estudio, directrices y articulación de políticas para detectar cuando están frente a una información falsa.
La segunda forma tiene que ver con cómo nos enfrentamos a un video, nota, imagen y tomarnos un minuto para primero cuestionarnos ¿qué es?, ¿cómo se generó?, ¿cuándo o en qué momento?, ¿de dónde viene la pieza?
La información falsa te causa daño a ti y a tu familia. ¡No compartas noticias falsas! #MéxicoSolidario pic.twitter.com/4P9ekgc85w
— SALUD México (@SSalud_mx) April 8, 2020
De acuerdo con el profesor Martín del Campo es indispensable identificar: ¿qué me está llegando?, ¿en qué contexto?, ¿está amparado por alguna casa periodística o algún medio informativo?
Y la última opción, que ha cobrado bastante terreno, son las agencias de verificación de la información y la tecnología con inteligencia artificial. Aquí algunas de ellas:
Las noticias falsas serán y seguirán siendo parte de nuestro día a día y mientras más tiempo pasemos en las redes sociales las veremos más seguido, concluye Miguel Bravo.