En materia económica, las cosas parecen prometedoras, pero sí, existen riesgos al corto plazo.
¿Nos ha traído algo bueno la inflación? (Arte: Tec Review)
Estando la pandemia en su ocaso, el crecimiento parece estar regresando a la normalidad y, en muchos sentidos, hay hoy un boom económico y de mercados financieros.
En México y otros países de América Latina, la diáspora de trabajadores ha sido un gran canal conductor del gasto de gobierno en Estados Unidos, por la vía de las remesas, que son tan altas como no lo habían sido desde hace 26 años.
La riqueza neta de los estadounidenses se ha incrementado en más de 30 trillones de dólares (tdd) en los últimos 20 meses y está siendo gastada en consumo, en bienes importados de México y el mundo, en bienes inmobiliarios y en las bolsas de valores.
Estos mercados han dado retornos como pocas veces (el mercado estadounidense, 114%; el europeo y el mexicano, 82% cada uno; el Nasdaq 134%, y los bienes raíces 100%). Los ingresos por impuestos han subido un 20% en Estados Unidos, pues el ciudadano promedio gana mucho más.
El fabricante de maquinaria agrícola John Deere, por ejemplo, dio un bono de siete meses a sus empleados, algo bastante inusual.
Las tasas seguirán ultrabajas por un tiempo y la inflación actúa como rescate de las compañías sin utilidades, porque piden prestado por debajo de lo que pueden subir sus precios. Las firmas con utilidades, han visto crecer éstas un 62% el último año.
¿Cuál es entonces el problema? ¿Y por qué se siente todo tan frágil? En primer lugar, hay desconfianza en las políticas tan pródigas de los gobiernos. Luego, está la duda de si los mercados podrán seguir el ritmo cuando llegue el tiempo de mesurarlas (y éste se acerca), tanto en lo monetario como en lo fiscal.
En segundo lugar, la inflación es un fenómeno complejo de domar y cada día se añaden indicadores nuevos (en México, un 7% no se veía desde hace 20 años, en Estados Unidos los sueldos blue collar han subido por encima del 5%) que conducen a un problema para los próximos años.
En tercero, la exuberancia que viene con la euforia de los mercados va pintando una historia que hemos visto ya muchas veces –y sabemos como acaba–: múltiplos exagerados, ofertas públicas de venta sin utilidades o siquiera ventas, sectores sobrevendidos (como el caso Evergrande en China) y un predominio del rumor para invertir, en sustitución de la información veraz.
Todo esto ha sido, en crisis anteriores, elementos de la antesala de un ajuste repentino o la última etapa del boom.
Jorge A. Martínez, es director del Think Tank Financiero de EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey.
Esta columna apareció originalmente publicada en la edición 39 de la revista digital Tec Review)