Expertos aseguran que los biológicos “no son malos”, solo falta que estén optimizados ante los cambios del SARS-CoV-2.
Esta imagen muestra viales de la vacuna Sinovac (CoronaVac) Covid-19 desarrollada en China, producida localmente por la compañía farmacéutica argelina Saidal, en la ciudad de Constantine, en el noreste de Argelia. (Foto: RYAD KRAMDI / AFP)
De acuerdo con los expertos, la efectividad de las vacunas chinas contra la Covid-19, CoronaVac y Sinopharm −que han sido cruciales para combatir la pandemia y que se han aplicado en diferentes países del mundo− disminuye rápidamente y la protección ofrecida a los adultos mayores es limitada.
De hecho, las personas de 60 años o más que recibieron las vacunas Sinovac y Sinopharm deberían recibir también una tercera dosis, aunque también se puede considerar el uso de otras vacunas en función del suministro y el acceso, recomendó el Grupo Consultivo Estratégico de Expertos (SAGE) en Inmunización.
Este grupo asesor de la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo que para los pacientes inmunodeprimidos se les debe ofrecer una dosis adicional de todas las vacunas aprobadas por la OMS.
“Ya que es menos probable que estas personas respondan adecuadamente a la vacunación tras una serie de vacunas primarias estándar y corren un alto riesgo de padecer la enfermedad grave del Covid-19″.
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La vacuna china CoronaVac, producida por la empresa de Pekín, Sinovac, de virus inactivado, fue aprobada en el país el 9 de febrero de este año, no cuenta con un estudio clínico en desarrollo en México.
Ante este panorama, Gagandeep Kang, virólogo del Christian Medical College de Vellore (India), que asesora al SAGE, señala en un artículo para la revista Nature que estos biológicos todavía tienen un papel importante. “No son vacunas malas. Solo son vacunas que aún no se han optimizado“.
En el texto publicado este mes se puede leer que la vacuna CoronaVac contra la Covid-19 es la más utilizada en el mundo.
A mediados de 2021, la OMS aprobó estas vacunas para uso de emergencia, sobre la base de datos limitados de ensayos clínicos que sugerían que CoronaVac era un 51% y Sinopharm un 79% eficaz en la prevención de la enfermedad sintomática.
Esta eficacia es similar a la del 63% de la vacuna viral-vectorial de la Universidad de Oxford-AstraZeneca en el momento de su inclusión en la lista de la OMS, pero inferior al 90% y a las eficacias superiores de las vacunas de ARNm desarrolladas por Pfizer-BioNTech y Moderna.
Las dos vacunas chinas usan el esquema de virus inactivado, es decir, utilizan al mismo SARS-CoV-2. Este tipo de vacuna parece ser menos potente porque desencadena una respuesta inmunitaria contra muchas proteínas víricas.
En cambio, las vacunas de ARNm y de vectores virales dirigen la respuesta a la proteína de la espiga, que es la que el virus utiliza para entrar en las células humanas.
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