La realidad virtual y otras nuevas tecnologías de la información ya existían, pero el futuro se anticipó y ahora son indispensables
Tecnologías como la realidad aumentada se han popularizado durante la pandemia. (Foto: iStock)
Los dispositivos, tecnologías de la información y aplicaciones destinadas a facilitar la interacción virtual, en los últimos años, habían avanzado inercialmente. Ahora con la pandemia ha habido un nuevo impulso. Te contamos más sobre la transformación cultural en la era digital.
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La crisis sanitaria global llevó al mundo a confinarse y a los gobiernos y empresas a autoevaluarse en qué punto de la ruta hacia la transformación de la cultura digital se encontraban, con nuevas expresiones como instalaciones de realidad virtual, entornos digitales simulados, realidad aumentada, videoconsultas, teletrabajo, metaverso, entre otras.
Este contexto de la pandemia permitió un avance de 10 años en términos de habituarnos al uso de la tecnología, de acuerdo con Guillermo Rodríguez, director de Innovación y Desarrollo Tecnológico de la Dirección General de Cómputo y de Tecnologías de Información y Comunicación (DGTIC) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
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Las cosas no serán como antes y pese a que en algunos países la vacunación ha ido avanzando, todos nuestros ámbitos de socialización y educación, desde los íntimos y privados hasta los más multitudinarios, cambiaron por completo.
De ahí la importancia de tener presente las tecnologías protagonistas de esta nueva realidad. Te contamos algunas:
Con una industria del entretenimiento y del ocio cada vez más demandante, la Realidad Virtual (RV), entornos digitales simulados y la Realidad Aumentada (RA) llegaron para quedarse.
Estas propuestas brindan experiencias de visualización del mundo exterior y apuestan por las interacciones humano-máquina, incluyendo aquellas que puedan derivarse de futuras tecnologías que aún no están disponibles.
Pese a que estos mecanismos tecnológicos tienen tiempo consumiéndose, solo habían encontrado nicho en el sector gamer, pero con la pandemia, su uso se hizo urgente en la industria de la moda, el comercio, el turismo e inmobiliario, a través de las tiendas en realidad virtual y el VR-commerce.
A nivel mundial, la RV y la RA impactarán positivamente a 23 millones de empleos y generará 1.5 billones de dólares en la economía mundial para 2030.
Entre las actividades más beneficiadas por su aplicación están el diseño y desarrollo de productos, la sanidad y el retail, de acuerdo con un informe elaborado por PwC ‘Seeing is believing. How virtual reality and augmented reality are transforming business and the economy’.
En lo relacionado a productos y servicios, la RV y la RA apuntan a que podría generar hasta 359.4 millones de dólares en el PIB mundial para 2030, según el estudio de la consultora, porque ayudaría a través de la simulación y prototipos mejorar los procesos actuales y de la aparición de técnicas totalmente nuevas en diferentes industrias.
El segundo sector que demandaría esta tecnología es el de la salud y el impacto económico alcanzaría los 350.9 millones de dólares, invertido en áreas como la formación de los profesionales sanitarios y el uso de aplicaciones para la mejora del cuidado del paciente.
Otro sector que las empresas tienen en la mira y que puede ser explotado para mejorar la productividad de las mismas consiste en la capacitación de trabajadores, ya que podría utilizarse para facilitar y mejorar la retención de conocimientos, para formarlos de una manera más práctica sin que esto represente daños para la empresa. El monto ascendería a 294.2 millones de dólares para 2030.
Para el caso de las ventas retail y las experiencias de compras en Realidad Virtual, llega con probadores virtuales hasta centros comerciales en este formato, al igual que los renders en Realidad Aumentada con la que el cliente puede ver el mueble que va a comprar y visualizar si hace juego en su sala.
También en el sector de bienes raíces ha sido muy utilizada esta tecnología, que cobró relevancia durante la pandemia. Los ingresos podrían generar hasta 204.0 millones de dólares en los próximos diez años.
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La inteligencia artificial (IA) ha ganado terreno con tecnología que funciona por sensores e interacción por voz para asistir en ciertas actividades cotidianas.
Ésta aprovecha las computadoras y las máquinas para imitar las capacidades de resolución de problemas y toma de decisiones de la mente humana.
Junto a la inteligencia artificial, se encuentra el machine learning y el deep learning, que ayudan a buscar crear sistemas expertos que hagan predicciones o clasificaciones basadas en datos, de acuerdo con información del micrositio de IBM Cloud Education.
Cabe recordar que en 1997, esta empresa tecnológica creó el sistema Deep Blue de IBM, que venció al campeón mundial de ajedrez Garri Kasparov en una partida de ajedrez.
La inteligencia artificial también transformó la cultura digital, ya que que existen diversas aplicaciones prácticas, como lo es el reconocimiento de voz automático (ASR), la conversión de voz a texto, una funcionalidad que utiliza el procesamiento del lenguaje natural (NLP) para procesar el habla humana en un formato escrito.
Por ejemplo, los smartphones incorporan el reconocimiento de voz en sus sistemas para realizar búsquedas y dictado de voz a texto.
O están los casos de Siri, Alexa y Google Assistant, que proporcionan asistencia y ejecutan algunas acciones básicas como pedirle un resumen diario todas las mañanas, encender la luz o reproducir música.
En lo que compete a las áreas de servicio al cliente, el uso de chatbots en línea están ganando terreno como agentes humanos para orientar al cliente.
Por lo general, responden a preguntas básicas como la documentación para un trámite, la existencia de un producto o la asesoría personalizada. En algunos casos realizan venta cruzada de artículos o sugieren tallas para los clientes.
En este sentido la IA aplicada a este sector, ha transformado la experiencia de clientes en los sitios web y las plataformas de redes sociales. Entre los ejemplos más comunes se encuentran los bots de mensajería en sitios de comercio electrónico con agentes virtuales, las aplicaciones de mensajería tipo Slack y Facebook Messenger y tareas realizadas por asistentes virtuales o por voz.
También los motores de recomendaciones que utilizan los datos del comportamiento basado en los consumidores para usarlo en las ventas por internet son imprescindibles.
Utilizan los algoritmos de IA para descubrir tendencias de datos y desarrollar estrategias de venta cruzada más eficaces para enganchar al cliente. Por ejemplo: para las ventas minoristas en línea, el sistema hace recomendaciones adicionales al cliente.
En el mercado de valores, la IA también se está usando para el diseño y optimización de carteras de acciones, las plataformas de comercio de alta frecuencia impulsadas por IA hacen millones de operaciones por día sin intervención humana.
Dentro de las múltiples opciones que ofrece la IA también se encuentra la visión artificial, la cual permite que las computadoras y los sistemas obtengan información significativa de imágenes digitales, videos y otras entradas visuales, prácticamente que busca procesar imágenes como lo hace la visión humana.
La visión artificial se utiliza con mayor frecuencia en el sector industrial. Aplica los mismos algoritmos y enfoques que las aplicaciones académicas-educativas y gubernamentales-militares, además puede proporcionar recomendaciones, distingue tareas de reconocimiento de imágenes, impulsada por redes neuronales.
La visión artificial está presente en el etiquetado de fotos en redes sociales, las imágenes radiológicas en la salud y los vehículos Full Self Driving System (Sistema de conducción autónoma total).
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No podríamos hablar de la transformación de la cultura digital sin dejar de lado el paradigma laboral, teniendo en cuenta el contexto de la pandemia por la Covid-19 y el crecimiento en el número de compañías con personal trabajando desde casa. Esto llevó a los trabajadores a adoptar un estilo de vida de nómada digital.
El nómada digital es aquel que trabaja de manera remota y que gracias a la tecnología puede desempeñar sus funciones en diferentes locaciones. Un modelo que fue adoptado en grupos más jóvenes y sin familia que optaron por los viajes en lugar de quedarse en casa trabajando.
Antes de la pandemia, existía una obsesión de las empresas por acaparar los principales centros urbanos del mundo para mostrar fuerza y la creencia popular de que las oficinas tenían un rol fundamental para la productividad y la cultura organizacional. Estas ideas quedaron en el pasado.
Según una investigación de la consultora en Recursos Humanos McKinsey, el 80% de las personas encuestadas en Estados Unidos declararon que disfrutan trabajar desde casa, ya que el 41% dice que es más productivo que antes y el 28% aseguró que es igual de productivo.
Muchos empleados han disfrutado de una mayor flexibilidad para equilibrar su vida personal y profesional, además declararon que prefieren trabajar desde casa en lugar de la oficina.
Por su parte, las organizaciones piensan que pueden acceder a nuevos grupos de talentos con menos restricciones de ubicación, adoptar procesos innovadores para impulsar la productividad, crear una cultura aún más sólida y reducir significativamente los costos inmobiliarios.
Por ejemplo, empresas como Deloitte en el Reino Unido permitirá a sus 20,000 empleados elegir cuándo, dónde y cómo trabajar.
Su presidente ejecutivo, Richard Houston, dijo en declaraciones a The Guardian que no va a anunciar un número determinado de días que las personas tengan que estar en la oficina o en ubicaciones específicas.
“Eso significa que nuestra gente puede elegir la frecuencia con la que vienen a la oficina, si así lo desean mientras se enfoca en cómo podemos servir mejor a nuestros clientes”.
La empresa Unilever en aquel país también declaró que el personal nunca regresará al patrón habitual de los cinco días en la oficina de manera semanal, ya que lo llamaron “muy anticuado”.
Lo que sí es cierto es que el teletrabajo y el nomadismo digital están destinados a ser adoptados masivamente en un mundo posCovid-19, lo que representará un reto para las empresas.
Tendrán que hacer una mayor inversión en herramientas digitales, como proporcionar más ciberseguridad para evitar los robos de información, así como el uso de aplicaciones para teleconferencias.
El aumento repentino de la actividad en línea puede tener grandes implicaciones en el sistema de estabilidad, solidez de la red y seguridad de los datos, especialmente en partes del mundo donde las telecomunicaciones y la infraestructura de sistemas no está tan bien desarrollada o no es prioridad para algunos gobiernos.
Según el informe de Deloitte People, technology, and the path to organizational resilience, dentro de las múltiples consideraciones que presenta para preservar la continuidad de operaciones de negocios están las buenas prácticas en las herramientas tecnológicas.
Esto implica la orientación para que las personas conserven el ancho de banda y los recursos para reducir el estrés en los sistemas.
Por ejemplo, para respaldar ese trabajo, los especialistas recomiendan prestar atención al ancho de banda, infraestructura VPN, DevOps y autenticación. El uso de mecanismos de control de acceso, así como las herramientas de seguridad, para soportar las demandas de tráfico pico.
También se debe considerar la posibilidad de proporcionar acceso VPN / remoto a contratistas y terceros para brindar soporte.
Así como la compra de licencias adicionales para herramientas de colaboración como Zoom, Skype, Slack, etcétera para reuniones más pequeñas, usar teléfonos celulares para liberar ancho de banda para reuniones más grandes; y evitar envío de archivos masivos, a menos que se utilicen herramientas como SharePoint y Teams.
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