Cada semana, se monitorean los campus usando este método y así se puede saber sobre casos con 10 días de anticipación o asintomáticos.
Esta tecnología es capaz de detectar casos asintomáticos y en qué edifcio se sitúa cada caso. (Foto: Udell Jiménez / MARTEC)
Nuestros desechos −sí, nuestra orina y heces fecales− son una gran fuente de información genética que nos ayuda a detectar y prevenir contagios por SARS-CoV-2.
El Tecnológico de Monterrey, a través del laboratorio MARTEC, ha logrado usar esta tecnología con éxito y ahora es reconocido (y requerido) a nivel internacional.
El monitoreo de estas aguas residuales no solamente permite saber si hay un infectado, es capaz de detectar −con 10 días de anticipación− un posible brote, hallar casos asintomáticos, además de determinar de qué edificio viene cada posible contagio.
Se realiza viendo el RNA del virus, usando tecnología de biología molecular de RT-qPCR (reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa).
Y países como Israel, República Dominicana y Estados Unidos están interesados en aplicar el método MARTEC. Incluso, el papa Francisco ha dicho que debería replicarse en la ciudad de El Vaticano.
El pasado mes de septiembre, el laboratorio se hizo ganador del primer lugar en la categoría de proyectos del Agua en Latinoamérica en el Aquatech LATAM Awards 2021.
“Hemos despertado el interés internacional, lo más avanzado que tenemos son protocolos con Israel, ellos vieron una gran oportunidad para hacer sinergia y hemos trabajado en paralelo en establecer estos acuerdos para hacer la transferencia tecnológica”, dice para Tec Review, Roberto Parra Saldívar, quien dirige el Laboratorio MARTEC de aguas residuales.
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Parra explica que entre los interesados internaciones se encuentra Panamá y República Dominicana.
“Hasta el papa [Francisco] sabe del proyecto y cree que debe aplicarse en muchos países, incluyendo El Vaticano”, cuenta.
El laboratorio también trabaja de la mano con Arturo Molina, vicerrector de Investigación y Transferencia de Tecnología del Tecnológico de Monterrey, para arrancar un apoyo de monitoreo en diferentes estados de Estados Unidos.
Sobre la entrega de los premios LATAM Awards 2021, Parra explica que “es importante porque es un evento que ocurre en paralelo con muchos países: Holanda, Estados Unidos y México. Es el momento de exponer que la ciencia del Tecnológico de Monterrey tiene impacto real; en medio de la pandemia está salvando vidas”.
Recientemente la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación de la Ciudad de México (SECTEI) −el órgano financiador de MARTEC− aprobó un segundo proyecto para que se puedan identificar las variantes del nuevo coronavirus.
A futuro, el laboratorio del Tec de Monterrey quiere impulsar un Instituto de Monitoreo enfocado a epidemiología y ampliar la colaboración con Agua y Drenaje de Monterrey.
Además, MARTEC desea cubrir a toda la Ciudad de México y enviar los resultados a los tomadores de decisiones interesados.
Por ahora, solo se manda al Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACMEX), pero quieren ampliarlo a secretarías de salud.
“Cuando iniciamos la pandemia estábamos en cero, sabíamos muy poco e íbamos a ciegas, había mucho desconocimiento. Pero ahora con MARTEC podemos tomar las riendas de nuestra propia seguridad”, señala Roberto Parra.
MARTEC busca material genético de coronavirus en aguas residuales. (Foto: MARTEC)
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Este método arroja resultados con base en semáforos epidemiológicos cada semana, estos permiten tomar decisiones correctas como reducir aforos, cerrar un edificio o –incluso– regresar un campus a la modalidad remota y evitar el incremento de contagios.
MARTEC comenzó en 2017 cuando el Tecnológico de Monterrey, Arizona State University, la Dublin City University, en Irlanda y el King’s College London ganaron el financiamiento del Global Consortium for Sustainability Outcomes (GCSO).
“Comenzamos a observar el metabolismo urbano; básicamente tomábamos agua residual provenientes de las megaciudades en Estados Unidos y desarrollabamos métodos analíticos para monitorear sustancias como drogas, antibióticos, antidepresivos. Pero cuando inició la pandemia esta técnica se alineó completamente y comenzamos a rastrear el virus en nuestros campus”, describe Parra.
Esta tecnología entiende a la ciudad como un ser vivo, a través de sus “desechos”, los científicos pueden saber si ese organismo usa sustancias de abuso, antibióticos, antidepresivos y hasta puede arrojar alertas sobre diabetes y Alzheimer.
“Se le conoce como observatorio de metabolismo urbano y es uno de los grandes pilares para asegurar la salud de las megaciudades, no puede haber una smart city sin un observatorio”, afirma Parra.
La tecnología concentra, purifica, y amplifica la señal de la huella forense que deja el RNA del virus del SARS-CoV-2 (Ilustración: MARTEC)
La tecnología concentra, purifica y amplifica la señal de la huella forense que deja el RNA de un virus.
“El SARS-CoV-2 está en todos los fluidos corporales, nosotros podemos detectarlo antes de que la persona desarrolle síntomas. Se detecta el RNA del virus a través del uso de tecnología de biología molecular de RT-qPCR (reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa)”, explica Mariel Oyervides, investigadora posdoctoral del laboratorio MARTEC.
Así, cuando una muestra da positivo, se puede hacer la trazabilidad y determinar con precisión de qué edificio proviene esa partícula de RNA y desplegar los protocolos adecuados para contener un brote.
Eduardo Sosa, parte del equipo del laboratorio MARTEC, recuerda que cuando advirtieron sobre el primer caso asintomático y dieron aviso, todos estaban muy sorprendidos de cómo se había detectado.
“Se atendió el caso y evitamos que se expandiera la cadena de contagio. Fue una de las primeras veces que vieron el poder de MARTEC y nosotros quedamos felices por ayudar a frenar la pandemia desde el laboratorio. Ahora todos los jueves en la mañana preguntan si ya están los resultados”, cuenta.
“Hemos desarrollado herramientas para las nuevas variantes del SARS-CoV-2 con secuenciación y detección en tiempo real”, detalla Oyervides.
MARTEC se ha adaptado a las nuevas variantes. Un caso normal de coronavirus presenta síntomas entre 10 y 12 días, pero con la variante Delta los síntomas comienzan antes, de cuatro a cinco días antes.
Entonces, el equipo ha modificado sus tiempos de entrega para avisar de manera oportuna.
Además, el equipo trabaja a la par en tecnologías para llevar este monitoreo a más lugares y de manera más sencilla.
Una de soluciones que han encontrado es a través de muestreadores pasivos que se coloquen en tuberías para captar el material genético y después puede ser analizado en el laboratorio.