Esta región sin oxígeno es del tamaño del estado de Connecticut
Imagen satelital de la zona de vertederos del Golfo de México. (Foto: NOAA)
La zona muerta del Golfo de México es una región en la que el agua no contiene oxígeno y este verano alcanzó su mayor extensión.
De acuerdo con un reporte de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) su extensión es un poco más grande que el estado de Connecticut, en Estados Unidos.
Te puede intersar: Hallan microplásticos en agua dulce de la Antártida
Los efectos de la contaminación marina han hecho que esta zona sin vida abarque aproximadamente 6,334 millas cuadradas o 16,404 kilómetros cuadrados, según el informe de la NOAA.
La medida registrada fue mayor que la cifra media para esta zona en los últimos cinco años, de unas 5,380 millas cuadradas.
Mapa de la zona de hipoxia medida del Golfo, del 25 al 31 de julio de 2021. (Foto: LUMCON / NOAA)
En esta región la vida no es posible para ningún tipo de especie marina, simplemente porque se trata de un cuerpo de agua sin oxígeno.
Esta región inhabitable se localiza entre frente a las costas fronterizas de Texas y Luisiana, una región constantemente golpeada por huracanes.
Tamaño medido a largo plazo de la zona hipóxica (barras verdes) medido durante los reconocimientos de los barcos desde 1985, incluido el objetivo establecido por el Grupo de trabajo de nutrientes de la cuenca del río Mississippi / Golfo de México y el tamaño promedio medido de 5 años. (Foto: LUMCON / NOAA)
La primera documentación de la zona muerta hipóxica del Golfo de México, se realizó entre 1972 y 1974.
Desde hace varias décadas se documenta qué pasa en la zona, por un interés científico y económico.
Este año, un grupo de investigadores de la Universidad Estatal de Luisiana y del Consorcio de Universidades Marinas de Luisiana dirigieron un estudio durante un crucero de investigación que se llevó a cabo del 25 al 1 de agosto.
Los peces y otras especies comerciales suelen desplazarse hacia el mar para evitar la zona muerta.
Los pescadores se ven obligados a viajar más lejos para realizar sus capturas, lo que añade tensión a una industria ya perjudicada por los huracanes y el vertido de petróleo.
Las especies que no pueden desplazarse mueren, lo que da lugar al nombre de zona muerta que se produce en el fondo de una masa de agua cuando no hay suficiente oxígeno para mantener la vida marina.
Just in: Larger-than-average Gulf of Mexico ‘dead zone’ measured.
River discharge and nutrient loads contribute to size.
More: https://t.co/C6KKTqbdLW@NOAAOceanMedia #DeadZone #Hypoxia #gulfofmexico pic.twitter.com/PeD8Wooz0H
— NOAA Communications (@NOAAComms) August 3, 2021
También puedes leer: Científicos despertaron microbios de agua de 100 millones de años
Cada año, el exceso de nutrientes procedentes de las ciudades, las granjas y otras fuentes de las cuencas hidrográficas de las tierras altas drenan hacia el Golfo de México y estimulan el crecimiento de las algas durante la primavera y el verano.
Las algas mueren, se hunden y se descomponen. En este proceso, las bacterias que consumen oxígeno descomponen las algas.
Los bajos niveles de oxígeno resultantes cerca del fondo son insuficientes para mantener la mayor parte de la vida marina.
De acuerdo con la NOAA se ha comprobado que la exposición a aguas hipóxicas altera la dieta de los peces, las tasas de crecimiento, la reproducción, el uso del hábitat y la disponibilidad de especies comerciales como los camarones.
Nicole LeBoeuf, administradora adjunta del Servicio Nacional de Océanos de la NOAA dijo que es importante entender la escala y los efectos de estos eventos de hipoxia.
“(Así) Podemos encontrar las mejores estrategias para reducir su tamaño y minimizar los impactos a nuestros recursos costeros y la economía”.
Dijo que la NOAA y sus socios usan los últimos datos para perfeccionar los modelos y simular con mayor precisión cómo la descarga de los ríos, las cargas de nutrientes y las condiciones oceanográficas influyen en las condiciones de hipoxia en el Golfo de México.
La media de la zona hipóxica en los últimos cinco años es de 5,380 millas cuadradas, lo que es 2,8 veces mayor que el objetivo fijado para 2035 por el Grupo de Trabajo sobre Hipoxia.
Desde que comenzaron los registros en 1985, la mayor zona hipóxica medida fue de 8,776 millas cuadradas en 2017.