Los edificios del campus CDMX son inteligentes, sostenibles y totalmente transparentes. Conoce con nosotros los espacios que disfrutaran los alumnos del TEC Ciudad de México en Agosto.
El nuevo campus del Tec de Monterrey en Ciudad de México fue pensado como un espacio de innovación y aprendizaje, basado en la seguridad y la tecnología. (Foto: Debora González)
¿Cómo se ven los edificios del futuro? Te presentamos la apuesta del nuevo campus del Tec de Monterrey en Ciudad de México.
Las estructuras que se construyeron son inteligentes, sostenibles, espacios transparentes, sitios que priorizan la comunicación, colores alegres y aulas que se pueden configurar de acuerdo con las necesidades de enseñanza.
El Campus Ciudad de México es un espacio de vanguardia, sustentable, que invita y promueve la innovación.
“Lo que se buscaba era desarrollar un proyecto que fuera atemporal, contemporáneo e internacional, que tuviera esa solidez en todos los sentidos. Todos los elementos que lo componen son cosas que no pasan de moda, tiene un acabado muy limpio, con un uso racional de los recursos, son edificios durables y de bajo mantenimiento”, explica el arquitecto Arturo Pérez-Rivera, líder de construcción del campus Ciudad de México.
En 2017, el Tec de Monterrey enfrentó uno de los mayores retos como institución: el sismo del 19 de septiembre. De acuerdo con sus autoridades, ese momento dejó uno de los mayores aprendizajes, así como un profundo compromiso con la resiliencia, la seguridad y la innovación.
“Lamentablemente este es un plan que se tuvo que realizar a consecuencia del sismo de 2017, fue una decisión institucional donde preferimos rehacer todo el campus en pocas palabras”, explica el arquitecto Arturo Pérez-Rivera, líder de construcción del campus.
El nuevo campus Ciudad de México es resultado de un proceso especialmente cuidadoso con los estándares de seguridad en infraestructura, en lo que se superó lo establecido por las normas vigentes para edificaciones educativas.
(Foto: Debora González)
Los edificios están construidos en nivel A (el utilizado para hospitales), a pesar de que la normatividad pedía un nivel B, lo cual permite cubrir un mayor porcentaje de riesgos.
En el sentido estructural se tomaron en cuenta todas las medidas: la zona de construcción, la profundidad del suelo duro y las vibraciones que puede presentar la zona.
“Tenemos parámetros mucho más fuertes en dos sentidos, en la flexibilidad de los edificios y las medidas para contener el movimiento”, dice Arturo.
Hay pilas a 40 metros de profundidad, en promedio 100 en cada edificio y una cimentación monolítica tipo losa de 1 metro 50 centímetros lo que responde a la flexibilidad y a la contención del movimiento.
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La nueva biblioteca es totalmente transparente y da la sensación de estar construida en espiral, el centro de este edificio son las escaleras.
Es astronómica y tiene un sistema que obedece al movimiento de rotación.
Las persianas suben o bajan de acuerdo al nivel de luz solar y está diseñada para funcionar las 24 horas del día, también, cuenta con detectores de presencia para ahorro de energía.
“Buscamos que la circulación sea por las escaleras, es el punto donde se encontrarán los estudiantes de todas las áreas. Creamos un concepto nuevo, el cristal permite ver todo lo está sucediendo adentro, no hay nada oculto”, describe el arquitecto líder de la construcción del campus.
(Foto: Debora González)
El recinto de 12,085 metros cuadrados albergará 150,000 libros físicos más una gran colección digital. Está compuesto por seis niveles y tiene capacidad para unas 3,000 personas sentadas.
“Los libros están acomodados por disciplina según la clasificación de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos —una de las mayores bibliotecas del mundo, con más de 158 millones de documentos—. Se espera que entre septiembre y octubre llegue toda la colección al Tec”, dice Daisy Arrieta García, Coordinadora de Biblioteca del Tec de Monterrey campus Ciudad de México.
Cada piso tendrá una disciplina diferente, a excepción de las ciencias sociales, esta se encontrará entre dos pisos ya que es la colección más grande que se espera.
“La biblioteca es el corazón del campus, es donde todo ocurre, sí vas a venir a consultar libros físicos, pero también digitales, vas a tener espacios para convivir y trabajar en equipo, y convivir con todos los demás estudiantes”, indica Pérez-Rivera.
El campus Ciudad de México ha sido denominado el “campus del futuro” en el que los estudiantes se preparen académicamente en un entorno tecnológico y de constante evolución.
El inmueble apuesta por la vanguardia en cuanto a eficiencia energética y la idea, de hecho, es crear un plan maestro a futuro para seguir innovando.
“Se planteó que estos tres edificios fueran sustentables, que tuvieran una visualización a futuro del ahorro de la energía y de los recursos. Todos los sistemas y las ingenierías están unificadas y centralizadas para eficientar los recursos e ir conectando conforme vaya creciendo el campus”, describe el arquitecto.
Por ahora, se asignaron tres edificios: la biblioteca y dos edificios de aulas, pero en el futuro se visualizan áreas más amplias de aulas, edificios como centros de convenciones, residencias y más.
Los edificios cuentan con ventilación natural, fachadas de aluminio, paneles solares y cristales de última tecnología y el Tec de Monterrey será el primero en México en tener estos cristales.
“Los Starphire Low-Iron, al ser bajos en hierro son sumamente transparentes pero no permiten el paso de los rayos ultravioleta, ayudan a que no se caliente el interior y reducen el consumo de aire acondicionado”, detalla el líder de construcción del campus Ciudad de México.
Para el diseño interior de los edificios se hicieron grandes estudios acústicos para equipar las zonas indicadas con materiales absorbentes del sonido.
(Foto: Debora González)
El campus cuenta con un nutrido proyecto hidrológico que contempla un amplio estudio del lugar.
“Esta zona es de lago, pasa el canal de miramontes, evidentemente por hidrología es susceptible a que corra el agua de lluvia y haya un impacto mayor de los efectos pluviales, pero se hizo un planteamiento hidrológico muy completo”, asegura Pérez-Rivera.
El proyecto está compuesto por un “cenote”, un punto de absorción, además de biozanjas que comunican la precipitación del agua de lluvia y la regresan al sistema de la ciudad.
(Foto: Debora González)
Las biozanjas están construidas a 1.5 metros de altura para evitar impactos hídricos en los edificios como inundaciones.
“Todo este puerto hidrológico administrará la precipitación pluvial”, destaca el arquitecto.
También hay tanques y pozos —subterráneos— de tormenta construidos para administrar la velocidad en la que se desaloja el agua.
Algunos componentes del proyecto hidrológico están expuestos en los diferentes edificios del campus para funcionar a manera de laboratorios vivos para estudiantes e investigadores.
El material que se utilizó para el plan hídrico es ecocreto que permite permeabilidad y se escogió tras un riguroso estudio tomando como referencia la lluvia más fuerte en los últimos 100 años.
Actualmente se busca la certificación LEED —un sistema de certificación con reconocimiento internacional para edificios sustentables creado por el Consejo de Edificación Sustentable de Estados Unidos—.
La biblioteca se postulará para un nivel platino (el más alto) y los edificios de aulas, nivel plata.
Los salones de clase están divididas entre aulas materia y bloque, las primeras para una cátedra regular y las segundas diseñadas para armarse según los equipos multidisciplinarios que se formen entre los alumnos, para resolver los retos de sus clases.
Por ahora son 107 aulas, en el Edificio II hay 27 salones materia y 30 bloque.
El Edificio I tiene un total de 25,800 metros cuadrados y el II, 20,381 metros cuadrados
“Este campus también es especial porque es el primero que nace desde cero con el Modelo Tec21, los demás se han adaptado”, destaca Perla Médina Pérez, líder de comunicación de área Ciudad de México.
(Foto: Debora González)
El Modelo Educativo Tec21 se caracteriza por el aprendizaje basado en retos —los alumnos resuelven problemas reales de empresas reales— y la flexibilidad en la manera de aprender.
El mobiliario es Herman Miller y es totalmente dinámico, permite que los alumnos modifiquen su aula con cientos de combinaciones y privilegia la comunicación multidisciplinaria.
“Los interiores fueron pensados para darle a los estudiantes las herramientas para aprender de una manera diferente por eso es importante la iluminación, comodidad, distribución y la movilidad de las sillas, sillones y colchonetas”, dice el arquitecto.
Se espera recibir a los alumnos el próximo 9 agosto, en la modalidad híbrida, en el campus Ciudad de México.