Los campus de la universidad en todo México comienzan a abrir sus puertas, para que los alumnos vivan las ventajas de la educación híbrida.
Así será el regreso a clases presenciales. (Foto: Conecta)
Gustavo Granados Díaz estudia el séptimo semestre de la carrera de comunicación y medios digitales en el Tec de Monterrey, campus Querétaro, y está emocionado.
Sabe que se acerca el regreso a la modalidad híbrida y podrá volver a sus clases en la escuela.
“Prácticamente, desde que inició la pandemia nos hemos estado preparando para nuestro regreso consciente en los campus del Tec. Nuestro objetivo principal es proteger la salud de nuestra comunidad y garantizar la continuidad académica de excelencia”, platica en entrevista para Tec Review, Paulina Campos, líder Covid-19 en el Tecnológico de Monterrey.
(Foto: Tec de Monterrey / Conecta)
Ella afirma que el regreso está sujeto al color de los semáforos de cada entidad. Esto va marcando la pauta normativa aplicable a los distintos campus en el país.
“En este regreso nuestros estudiantes eligen la modalidad: remota o híbrida, esta última con cierta presencialidad en los campus”, precisa.
Para mitigar los efectos de la pandemia, en el Tec se generaron lineamientos, guías de cuidado y protocolos de salud e higiene, los cuales se reflejaron en la reconfiguración de los campus.
“Nuestros protocolos incluyen el monitoreo de aguas residuales, pruebas PCR de saliva, distancia interpersonal, aforos reducidos y el uso de cubrebocas”, señala.
Además, Campos cuenta que todos los días, antes de salir de casa, los integrantes de la comunidad del Tec deben de completar un cuestionario de salud muy rápido que permite ver si tienen algún síntoma asociado con Covid-19.
En caso de no existir ningún síntoma, se genera un código QR que permite el acceso.
“Y ya en las instalaciones hay filtros sanitarios de toma de temperatura”, añade.
Paulina Campos explica que el retorno a la modalidad híbrida ya se realizó en 19 de los 26 campus universitarios y en ocho de las 37 preparatorias del Tec de Monterrey.
“El regreso lo empezamos a finales de enero de este año y prevemos cerrar el mes de mayo con el 90 % de nuestros campus abiertos”.
Respecto a cómo será el futuro del esquema educativo en el Tec, Campos asegura que se verá enriquecido con elementos híbridos.
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Por el momento, Gustavo Granados asiste solamente a las instalaciones del Tec a tomar clases extracurriculares de fotografía y spinning al aire libre, como parte de las actividades de LIFE (Liderazgo y Formación Estudiantil), las cuales han servido a los alumnos para ir calentando motores para el regreso completamente presencial si así lo desean.
“Empezaron a hacerse desde noviembre del año pasado como una prueba piloto; luego acabó el semestre y volvimos a confinamiento porque hubo semáforo rojo y naranja. Después, ya entrando a este semestre, nos dijeron que a partir de mediados de abril podíamos regresar otra vez”, dice.
De esta manera, este joven de 21 años de edad vuelve a cargar baterías. Todos los miércoles, de una a cuatro de la tarde, se enrola con mucho entusiasmo a las actividades LIFE.
Gustavo añade que, aunque en el modo remoto ha cursado asignaturas relevantes relacionadas con cómo hacer una transmisión vía streaming y cómo hacer más eficiente la creación de contenido online, extraña las prácticas presenciales que pronto retomará en los talleres de producción del Tec.
“Quisiera regresar al set de televisión, aprender a montar pantallas verdes, utilizar el equipo de switcher y hacer cambios de cámara”, detalla.
Sin embargo, Gustavo también está a gusto cursando asignaturas teóricas de su carrera en modalidad remota. Dice que en las materias relacionadas con la producción, sí prefiere el modo presencial.
“Estos cursos son muy importantes para mí y sí los quiero llevar híbridos, o sea, que sí vaya al campus a hacer uso de equipo y a ver caras nuevas y a conocer personalmente a mis profesores”, platica.
Si todo sigue marchando bien, en diciembre del próximo año Gustavo se graduará y ya imagina tres caminos en los que le gustaría desarrollarse profesionalmente.
“Mi plan A es crear historias para cine o televisión; mi plan B es hacer contenido enfocado en publicidad y marketing. Mi plan C es trabajar en comunicación organizacional”.
Entre risas, Gustavo dice que espera no tener que recurrir a un plan D, porque no lo tiene.
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Ana Lucía Aguilar Vázquez, mejor conocida como Anilú por sus amigos, se siente muy afortunada de haber podido regresar desde el pasado 22 abril a tomar clases de diseño industrial en las instalaciones del Tec de Monterrey, campus Laguna, en Torreón, Coahuila, como parte del modelo educativo híbrido.
“Estoy muy contenta y satisfecha con la apertura consciente de mi campus. Ya puedo estar en el salón, pero obviamente con restricciones: no me puedo bajar el tapabocas; tengo que limpiar mi escritorio cuando llego y cuando me voy. Además no puedo estar muy cerca de mis compañeros, pero la verdad son cosas que no cuestan, me he ido adaptando”, cuenta Anilú.
“En mi salón somos 12 estudiantes, de los cuales cuatro decidieron quedarse en el modelo remoto y los demás en el híbrido. Esto funciona perfectamente, es como si estuviéramos todos juntos, a pesar de que solamente ocho quisimos regresar al salón”, dice esta joven de 20 años de edad.
En el modelo híbrido –afirma Anilú– se han hecho algunas adaptaciones en las aulas: se agregaron cámaras que siguen al maestro y también una pantalla donde se puede ver a los compañeros que decidieron tomar las clases desde casa, además de que el profesor cuenta con un micrófono para responder las preguntas de los estudiantes remotos.
Antes de que se diera el regreso a las aulas, Anilú dice que cursó materias de modelación 3D y posicionamiento de marcas.
Sin embargo, ahora ya ha podido recibir algunas clases en los talleres del campus, donde es preciso aprender a usar herramientas como sierras y taladros.
(Foto: Tec de Monterrey / Conecta)
“Cuando nos dijeron que ya podíamos volver al Tec, claro que me emocioné. El primer día que regresé experimenté una energía como la que sentí cuando comencé el primer semestre de mi carrera. El regreso lo viví otra vez al 100”, expresa esta estudiante que aspira a crear su propio negocio una vez que se gradúe.
Para Anilú es insustituible el contacto personal con compañeros, porque así es más sencillo compartir ideas y crecer intelectualmente en grupo.
“Yo sí recomiendo a los otros estudiantes que regresen cuando puedan; a lo mejor les cuesta trabajo adaptarse, volver a ir al campus, levantarse más temprano, pero vale la pena, verdaderamente sí vale la pena”, concluye.