¿Buscas mejorar tu capacidad para recordar o aprender? Te dejamos algunas técnicas que te pueden ser útiles.
Te explicas estas técnicas. (Foto: iStock)
Las reglas mnemotécnicas ayudan a memorizar datos duros, cifras o ideas clave de conceptos que suelen ser abstractos o conocimientos con los que no estamos familiarizados y que no solemos usar en la vida cotidiana, de ahí que sean difíciles de recordar.
Si bien son útiles para un aprendizaje eficiente en la etapa escolar y ayudan a mejorar la calidad educativa, pueden ser empleadas en la vida cotidiana para recordar direcciones, fechas importantes o claves.
La maestra en pedagogía Claudia Ayluardo comenta que la memoria es una habilidad mental básica que nos ayuda a recordar hechos, datos, fechas.
Para hacer más eficiente el aprendizaje recomienda relacionar dichos conceptos nuevos con colores, texturas, sensaciones, sonidos, es decir, lo kinestésico.
También funciona hacer ruletas, loterías, juegos de mesa o canciones sobre lo que se quiere aprender.
“Si un conocimiento nuevo motiva a una persona, mantiene su interés, si es importante para mí, me recuerda a un hecho significativo. Es por ello que en materias como historia, más que recordar fechas, también se busca destacar los rasgos de los personajes”.
Si bien memorizar puede ayudar a pasar con buenas calificaciones un examen, los datos no se mantendrán en la memoria de largo plazo. Un ejemplo de ello son las tablas de multiplicar.
Las aprendimos repitiéndolas decenas de veces, pero esta forma de aprendizaje de contenidos escolares, después de un tiempo se olvida.
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Es por ello que Octavio Angulo Borja, maestro en innovación docente, recomienda siempre recurrir a la imaginación.
“Generar una imagen mental exagerada, fantástica pero que tenga un significado para mí, me ayudará a recordar la información”.
En el caso de las reglas mnemotécnicas no todo sirve para todos, pero sí da elementos para que cada quien genere su propia forma de retener información. Eso dependerá de la habilidad que cada quien tenga.
Dora María García, especialista en enseñanza y desarrollo, indica que cuando involucramos elementos de la vida cotidiana cercanos y emociones es cuando recordamos de manera más eficaz y sencilla.
Si un estudiante no puede atender un estímulo de forma fácil es más sencillo que lo pueda memorizar, pero no lo retendrá por mucho tiempo.
“La memoria se tiene que trabajar y puede ir haciéndose más compleja con el desarrollo de habilidades. Hay dos procesos relacionados con la memoria: la atención y concentración, son procesos que anteceden a la memoria. Por ejemplo, si tú te encuentras apuntando algo y de repente alguien te pide que memorices un teléfono, como tu atención estaba en tu apunte será muy difícil que recuerdes el número“.
La especialista añade que el 50 % del aprendizaje tiene que ver con aspectos emocionales, motivacionales, afectivos.
Si una persona tiene problemas o atraviesa por emociones no muy constructivas, todos sus procesos de atención estarán dirigidos a la situación emocional.
“Cuando tenemos estudiantes con problemas en casa de dinero, violencia, etcétera, pues muy difícilmente se enfocarán en las materias de la escuela”.
A continuación algunas de las reglas mnemotécnicas más empleadas que recomiendan los tres académicos de la Dirección General de Orientación y Atención Educativa de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Procesos cognitivos en donde la persona relaciona dos estímulos, dos acciones, dos situaciones.
Por ejemplo, los acrónimos y acrósticos. A cada palabra clave de cierta información se le pone la letra inicial de la palabra de tal forma que arma una sola palabra con las letras iniciales.
Con solo recordar las palabras iniciales del acrónimo o el acróstico podrá recordar todas las demás letras.
Ejemplo: los elementos químicos esenciales para los organismos vivos son CHONP, acrónimo de carbono (cuyo símbolo químico es C), hidrógeno (H), oxígeno (O) y nitrógeno (N).
Cuando a un niño se le pide recordar los nombres del Sistema Solar: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón, una opción es que los repita hasta que los memorice en el orden de proximidad al Sol o que sustituya el nombre de los planetas por una palabra significativa que empiece con la inicial para hacer una oración.
Ejemplo: Mi Vieja Tía Martha Jamás Supo Untar Nada al Pan. También puede asignar un color a cada palabra.
Se construye un palacio mental con muchas habitaciones, cada habitación tiene nueve objetos determinantes en cada cuarto que a su vez se sustituyen con un concepto o una idea (la que se busca retener), dependiendo del nivel de avance.
Con solo recordar los objetos de la habitación estos se traducen al concepto. Si bien es una estrategia más complicada se puede desarrollar y es muy útil.
Buscar palabras globales o generales para retener a las otras palabras que deseamos memorizar. Por ejemplo: pastel, globos, niño, payaso, confeti, refresco, regalo, juegos, música, invitados.
El concepto que engloba a todas sería fiesta infantil. Esta estrategia se basa en imágenes y es fácil de incorporar a la memoria porque se relaciona con elementos de la vida cotidiana.
Leer las palabras que quiere recordar y de cada una imaginar un color, sabor, forma, textura. Luego las relaciona con alguna acción para que entonces tenga un significado mayor y con ello tener una mayor retención.
Ejemplo: un dedo, si es delgado, liso, alargado, tiene una uña larga pintada de color rojo. La persona lo imagina, lo describe y lo relaciona con alguna acción como rascarse. Con toda una secuencia la palabra se queda en la memoria.
Asignarle a cada número una letra, si tengo que memorizar la cifra 12 586 184. En esta técnica de número la cifra se divide en 1258 6184. A cada número en grupo se le asigna una letra: al 1-V, 2-A, 5-S, 8-O= VASO a la otra parte 6-A, 1-G, 8-U, 4-A= AGUA. La palabra es vaso de agua y remite a la cifra.
Es una técnica más complicada y requiere mayor imaginación.
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Es utilizada en varias ciencias como matemáticas, física, medicina, para recordar fórmulas o para distinguir un tejido sano de uno enfermo.
Un primer paso es mantener la visión dirigida hacia la imagen que se quiere retener. Fijarse en cada detalle para reconstruirla lentamente. Una vez que se captaron todos los detalles se cierran los ojos y se reconstruye mentalmente.
Luego, se escribe en una hoja en blanco los detalles captados y se regresa a la imagen original para ver qué características sí se pudieron retener y cuáles no. Cuando las personas identifican lo que omitieron, se les quedan más grabadas.