Enfocarse en la calidad y ofrecer el mejor producto, servicio y experiencia al cliente, la clave para salir adelante en medio de crisis.
Si tienes una idea y quieres saber cómo hacer crecer tu negocio, te puedes inspirar con estas experiencias. (Foto: Cortesía)
La economía mexicana cayó 8.2 % en 2020 a causa de la pandemia por la Covid-19, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el peor desempeño en casi un siglo para el país. En este escenario tan catastrófico, también fue posible encontrar historias de resiliencia en los negocios que pueden inspirar y llevar a pensar que no todo está perdido. ¿Cómo hacer crecer tu negocio? Los EXATEC cuentan sus experiencias.
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Durante la emergencia por Covid-19, un millón de negocios cerraron sus puertas. Esta cifra fue el resultado de la muerte de cientos de negocios que tuvieron que bajar sus cortinas definitivamente o que tuvieron que reducir considerablemente sus operaciones para evitar contagios, con la consecuente pérdida de millones de empleos o de familias que vieron caer su ingreso disponible.
En Tec Review platicamos con dos exalumnos del Tecnológico de Monterrey, que cuentan cómo le dieron la vuelta a la crisis y cómo han hecho para hacer crecer sus negocios.
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Estación Cereal fue una empresa fundada por Andrea Barrales, politóloga del Tec, junto con dos socios ingenieros también egresados de la misma institución.
El negocio surgió durante un viaje a España, en el que Andrea vio que los clientes tenían experiencias con distintos cereales de muchos países, distintos a los tradicionales de las empresas multinacionales. Entonces, surgió la idea de por qué no implementar un giro así en la Ciudad de México.
Fue entonces que Andrea, sabiendo que no estaba a gusto en su trabajo godín, decidió con sus socios abrir –poco a poco– sucursales en tres puntos estratégicos de la ciudad: Coyoacán, Roma y Condesa.
Iniciaron importando cereales desde Estados Unidos, Asia y Europa, y ofrecían experiencias a los clientes que fue haciendo que su negocio creciera paulatinamente.
Estación cereal. (Foto: Cortesía)
Pero, llegó la pandemia y con ello los cierres no solo de establecimientos, sino también de fronteras entre países que perjudicó particularmente a Estación Cereal, pues dependía de los cereales importados.
Por eso, tuvieron una doble afectación que les tocó sortear: la dificultad en la oferta de sus productos y la caída de clientes. Como estrategia para hacer frente a menos productos que podían ofrecer, tuvieron que ajustarse a los inventarios que tenían y ofrecer conforme a sus posibilidades.
También se vieron obligados subir los precios de productos no tan importantes como toppings de helados, dado que les aumentaron los costos de transportación de los pocos bienes que podían traer de Estados Unidos, con el fin de compensar la menor venta de otros cereales.
“Esto nos permitió mostrarnos como una empresa que no afectó sustancialmente a sus clientes en cuanto precios”, dije Andrea.
Para hacer frente a la menor demanda, se aliaron con plataformas de entregas como Rappi, Didi y también implementaron su propia estrategia de entrega con productos personalizados.
A su vez, se sentaron a negociar con quienes les rentan sus locales y alcanzaron un buen acuerdo que les dio oxígeno para sobrevivir en medio de los meses de mayor confinamiento y luego, con la reapertura, han seguido con todas las indicaciones de las autoridades en cuanto a aforo, medidas de higiene, códigos QR, y demás medidas.
Estación Cereal ha basado su éxito en la experiencia que ofrecen a sus clientes con cereales que no se consiguen tradicionalmente en México, lo cual ha llevado a que buena parte de sus visitantes sean del Estado de México, por lo cual “casi para ellos es una actividad turística visitarnos”, comenta Andrea.
Para ellos, ha sido un reto el tema de los aforos, porque si bien han reducido a la mitad el número de mesas que ofrecen y tener un horario de atención más corto, tratan de cuidar que los locales no se vean tan llenos, para brindar la sensación de seguridad entre sus clientes.
Andrea comenta que parte de su éxito ha sido estar posicionada en el tema digital, en el cual explota al máximo las redes sociales (Facebook, Instagram, Tik Tok) para ampliar e interactuar con su base de clientes.
Otro recurso fue dividirse el trabajo, en el que uno se encarga de inventarios, otro de diversificar los proveedores. Comenta que tienen una política de recursos humanos enfocada a contratar jóvenes universitarios para que obtengan su primer empleo, en la cual ofrecen flexibilidad de horarios para que puedan cumplir con sus estudios.
“Tenemos trabajadores felices porque tienen experiencia laboral, ganan dinero y pueden continuar con sus estudios”, manifiesta Andrea Barrales.
Viendo al futuro, Andrea dice que le gustaría franquiciar su marca para seguir creciendo, y con ello poder ofrecer cajas completas de cereales importados, pues ahora solo pueden ofrecer parte de ellas en los productos que venden al público.
Crecer tu negocio enfocándose más a la calidad que a la cantidad es el lema de La Flor de Jamaica, un negocio creado por Fernando Dávila, ingeniero egresado del Tec de Monterrey.
Su enfoque es difundir la información de la cultura del picante en México, ya que al chile no se le ha dado el verdadero valor que tiene. “Tenemos en el país 146 tipos de chiles, cada uno ofrece una experiencia distinta, y cada uno tiene un valor cultural, social y económico” comenta Fernando a Tec Review.
Fernando busca dar a conocer las variedades en chiles en México. (Foto: cortesía)
Explica que por el chile se paga mucho dinero porque tiene una cultura compleja y refinada, por eso maneja talleres para que mexicanos y extranjeros lo conozcan mejor.
Fernando tiene un principio de vida que aplica perfectamente a sus negocios: la calidad sobre la cantidad.
Comenta que, en lugar de enfocarse –como cualquier empresa– en crecer, llegar a más lugares, tener más empleados y tener más clientes, basa su éxito en brindar la mejor calidad posible de su servicio y si tiene que sacrificar el número de clientes, lo hace.
“Prefiero tener un solo cliente que me pague lo que vale realmente mi producto, a tener clientes en masa que no paguen lo suficiente y desgastarme más con ellos” explica Fernando.
Explica que se salió del método tradicional de emprendimiento de buscar capital para echar andar los negocios, por lo que aplicó la filosofía del Lean Startup.
Esta se basa en la idea de “inicia con lo que tienes”, es decir, si se va a armar una taquería, en vez de buscar capital para comprar el trompo, estufas, sillas, local, etcétera, es mejor iniciar con las sillas de plástico de la propia casa y con el anafre que se tiene y, poco a poco, se va surtiendo de lo que necesita, conforme el negocio avanza.
Comenta que así le hizo durante los dos primeros años de La Flor de Jamaica, en el que no tuvo muchos ingresos personales porque reinvertía lo que ganaba en el negocio conforme iba avanzando. Explica que no es de la idea de hacer análisis sofisticados de mercado, análisis FODA o de clientes, sino de echar a andar el negocio con lo poco que se tiene, e ir viendo lo que funciona y lo que no, con retroalimentación de los clientes, para consolidar el emprendimiento.
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Manifiesta que la pandemia le dio una lección, porque le tocó frenar los eventos en físico, y tuvo que apoyarse en clases virtuales.
Se dio cuenta que el crecimiento de su negocio previo a la Covid-19 le hizo caer en el error de traicionar su propia filosofía, pues estaba más pendiente de números, crecimiento y ganar más dinero, en lugar de hacer con pasión lo que hacía al brindar un servicio de calidad, con la respectiva satisfacción de sus clientes.
“Soy de los que cree que hay que disfrutar lo que hacemos, que tengamos facilidad al hacerlo, y ya después, en segundo plano, se ve lo del dinero”, comenta.
Expresa que, en el arte de emprender, la suerte juega un papel importante, porque justo en el momento en que mermó su actividad por la pandemia, lo llamaron de Amazon para implementar una nueva idea de negocio. Atribuye este llamado a la filosofía de negocio y de vida que predica y aplica, pues de otra forma no se habrían fijado en él cuando en realidad hay muchos otros competidores en el mercado.
En los servicios que ofrece siempre enfatiza que se debe desterrar la idea de la educación tradicional, es decir, que estar apurado es señal de éxito.
Comenta también que parte de su éxito ha sido utilizar y apoyarse en herramientas y plataformas tecnológicas para darse a conocer, aunque se tengan que pagar comisiones o cosas así, pero que esto permite ampliar los negocios.
Para la pospandemia, Fernando reitera su filosofía, que es que no se trata de crecer mucho y tener muchos empleados.
Por el contrario, pocos empleados y pocos clientes, pero que paguen lo que vale tu producto o servicio debido a su alta calidad, debe ser la verdadera métrica del éxito.
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