¿Hernán Cortés lloró debajo de un ahuehuete? ¿Esa noche llovía? Aquí te contamos la leyenda de la noche triste.
La pintura nos muestra la imagen del famoso árbol en el cual lloro Cortés su derrota ante los mexicas el año de 1520 el cual aparece frente a una iglesia. Autor: José M. Velasco. Año: 1885 (Foto: INAH-Museo Nacional de Historia Castillo de Chapultepec
El episodio es controvertido, lleno de mitos y leyendas. Los documentos y las crónicas no mencionan ningún árbol, pero en la memoria (y en la historia) de los mexicanos vive desde hace 500 años, un 30 de junio, la noche en la que Hernán Cortés se sentó a llorar bajo un ahuehuete en Tacuba, por la derrota de sus hombres.
Según narra el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en su página oficial, Hernán Cortés había viajado hacia Veracruz, para enfrentar a la flota que envió Diego de Velázquez desde Cuba con la encomienda de hacerlo prisionero y castigarlo por su indisciplina.
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Clementina Battcock, doctora en Historia por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), califica al episodio como uno de los más polémicos.
La historia está registrada así: Cortés atacó por sorpresa a los enemigos, obtuvo la victoria y con ella aseguró su libertad y su vida.
En el camino, el jefe español recibió la noticia de que Tenochtitlán se había levantado contra la guarnición española. Pedro de Alvarado, dejado al frente de los expedicionarios, al temer un ataque de los indios, emprendió una “feroz” matanza contra los asistentes a una ceremonia religiosa, según explica el INAH.
Luego, miles de guerreros atacaron a los españoles en una batalla que duró dos días.
Al tercer día, Cortés exigió a Moctezuma, -a quien había obligado a permanecer en el refugio de los españoles como medida de seguridad para los suyos-, que ordenara a su gente permitir la salida de él y sus compañeros.
Moctezuma accedió, pero el pueblo azteca respondió con insultos y pedradas que -según la historia oficial- lo hicieron caer herido. Aunque se corrió el rumor de que esa había sido la causa de su muerte, algunos testimonios hacen ver que no fue así. Ante el fracaso de su intento por abandonar Tenochtitlán, los españoles decidieron huir la noche del 30 de junio de 1520.
Antes, al parecer, se dio la orden de matar a Moctezuma. Con la ayuda de centenares de guerreros tlaxcaltecas, llevaron consigo un puente de madera para poder cruzar el lago.
También cargaron con los tesoros que habían recopilado y que a la postre impidieron su avance rápido.
Según las narraciones que se han acumulado durante siglos, esa noche llovía. Las tropas españolas fueron perseguidas durante horas, con pérdidas importantes.
El día sorprendió a Hernán Cortés al pie de un ahuehuete -ubicado en la calzada México-Tacuba, en Popotla-, con la cabeza inclinada sobre el pecho y sin poder ocultar el llanto a causa de la derrota sufrida.
Algunos historiadores, no obstante, aseguran que el conquistador no habría tenido tiempo detenerse y mucho menos de llorar, pues los aguerridos aztecas siguieron su pista durante muchas horas. Sin embargo, para la historia ha quedado plasmada la imagen de un Hernán Cortés llorando al pie de un ahuehuete, la noche del 30 de junio de 1520.
(Con información del INAH y UNAM)
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