La empresa que dirige este ex alumno del Tecnológico de Monterrey cree en apoyar a la comunidad LGBT+, la equidad de género y la no discriminación.
(Photo: Novartis)
En diciembre del año pasado, la empresa farmacéutica Novartis en México recibió la certificación HRC Equidad MX 2019 de la Fundación Human Rights Campaing, como uno de los mejores lugares de trabajo para la comunidad LGBT+.
Fernando Cruz, quien es EXATEC y presidente del grupo Novartis, cuenta en entrevista para Tec Review que apostar por la inclusión es un buen modelo de negocio.
Afirma que en la empresa, la orientación sexual se puede ejercer de manera libre y que incluso, en la compañía, celebran el “Coming out day”.
De igual forma, cuentan con un Comité de Diversidad e Inclusión, integrado por 60 personas, donde tratan temas como acoso sexual o discriminación; a la vez, integraron un sistema de medición de desempeño, donde se privilegia la paga igualitaria entre hombres y mujeres, además de formar equipos con paridad de género.
El empresario afirma que desarrollar confianza en los equipos, los ayuda a trabajar de manera más eficiente ahora que la pandemia por la Covid-19 los ha orillado –como a la mayoría de las empresas– a operar desde casa.
También le habla a los emprendedores que se han encontrado con la crisis económica provocada por el coronavirus y les pide recordar que los malos tiempos pasarán y que entienda que está bien no tener todas las respuestas.
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¿Cómo llegaron a la determinación de tomar acciones hacia la inclusión?
El premio que recibimos fue por apoyar a la comunidad LGBT+, fundamentalmente en la compañía reconocimos que, paralelamente a las estrategias de negocios, la cultura juega un rol central si lo que buscas es tener gente que se identifique con el propósito que persigues.
Trabajamos todos los días para descubrir soluciones de salud y entran elementos que, tal vez, no están tan presentes en otras industrias. Desde esa perspectiva, buscamos el desarrollo de entornos diversos, inclusivos, donde todo el mundo se sienta representado y, sobre todo, sienta la seguridad psicológica de saber quién es, sin sentirse juzgado.
En el caso de México surgió un Comité de Diversidad e Inclusión que está compuesto por más de 60 asociados que trabajan con nosotros, en donde todas estas distintas formas de pensar convergen y ahí, organizamos debates entre organizaciones, participamos en el Día Internacional de la Mujer y tenemos un sistema de medición, de desempeño en donde se privilegia la paga igualitaria, se paga de la misma manera a un hombre a una mujer.
¿El Comité revisa, por ejemplo, casos de acoso sexual?
Sí, desde luego. Nosotros por el sistema de gobierno corporativo que tenemos las expectativas son más altas. Esperan más de nosotros que de una compañía que fabrica, vasos o la silla donde estamos sentados. Desde esa aspiración de honrar nuestro contrato social, tenemos un mecanismos de gobierno corporativo que procura vigilar y proveer los canales de comunicación necesarios para que se reporten prácticas y conductas que en la compañía no estamos dispuestos a tolerar.
El tema de acoso sexual, el respeto entre los asociados es algo que nos ocupa durante todo el año, con distintas campañas de comunicación, mediante las cuales buscamos sensibilizar, educar y que toda la gente que trabaja con nosotros, empleados directos o por terceros, entienda que hay un mecanismo para levantar la voz que respeta la confidencialidad y sigue un proceso robusto de seguimiento, en el caso que alguien identifique una conducta como éstas.
¿Puede traer beneficios económicos a las empresa entender la inclusión y la diversidad?
Puede haber beneficios, pero trascienden a lo económico, porque son intangibles, que en el tiempo puedes capitalizar y estoy hablando, concretamente, de la reputación.
Como compañía puedes tener reputación en muchos ámbitos, para mí, el concepto no se reduce a hacer las cosas bien o hacerlas mal y, en ese abanico, está el tema de los derechos humanos.
Ahora vemos que compañías que asumen compromisos con causas, con propósitos que van más allá de lo comercial, sin duda, están marcando el liderazgo en muchos ámbitos y en cómo los ve la sociedad.
Me parece que tener este tipo de esquemas, muy claros, en donde la gente entienda el entorno de la organización construye reputación, equipos mucho más productivos y sí puede ser que a lo largo del tiempo la puedas capitalizar en beneficios.
¿Todas las empresas deben apostar por la inclusión en México?
Es una causa irrenunciable, esto tiene años, no es nuevo, pero el despertar de las consciencias es relativamente nuevo en México, reconocer que somos un mosaico muy diverso, de formas de pensar de ideas de preferencias, de orientaciones, etcétera, nos hace más fuertes. Yo en las diferencias, no veo debilidad, veo fortaleza.
Los equipos deben entender las diferencias y saber encontrar el espacio común para la toma de acuerdos y, en esa medida, perseguir un propósito superior. Es como debemos desempeñarnos todas las compañías, quien no lo haga así, me parece que verá con el paso de los años cómo se va asilando.
Hay una gran discusión sobre el racismo en Estados Unidos, pero se abre el debate en México ¿ustedes retomarán la discusión con sus empleados?
Es un conversación que nosotros, como parte de los esfuerzos, no es nueva. El hablar del origen étnico, en una compañía con presencia de 155 países, no es una conversación nueva para nosotros.
¿Han visto beneficios al ser incluyentes ahora cuando se está haciendo home office y se cambia la comunicación entre los equipos?
Cuando se fomenta un entorno de empatía y esto lo trasladas al home office –y eso es genuino- la gente lo percibe así y entonces eso tienen beneficios. En muchas dimensiones, en la productividad, la colaboración más abierta, el impacto social que se pueda tener.
Al final del día todas las personas que trabajan con nosotros forman parte de familias, eso implica detonar la empatía, el respeto por el otro y su circunstancia, porque tuvimos que mandarlos a sus casas.
Cuando somos capaces de abordar las cosas con empatía –porque hay temas en los que nos pondremos de acuerdo más fácil que en otros- y está bien de pronto no estar de acuerdo en todo y diferencias esto es el resultado necesarios son entornos mucho más colaborativos, productivos.
¿Qué mensajes le das a la comunidad del Tec de Monterrey, de emprendedores que están enfrentando condiciones adversas por la pandemia para poder seguir trabajando?
Yo soy ex alumno (…) Desde esa perspectiva mis recomendaciones se centrarían en entender que éstas son circunstancias sin precedentes y que tratándolas de ver con un horizonte de largo plazo les digo que no pierdan focos. Esto va a pasar, irremediablemente va a pasar, entiendo que puede ser difícil cuando uno está emprendiendo y, de pronto, estos números no salen y el panorama de mercado es una visión complicada, pero al final del día va a pasar. Pero, también, hay comunidades, redes de amigos de la que le podemos echar mano para lograr sortear estas circunstancias.
También recomendaría que nos tenemos que sentir cómodos con la ambigüedad, nadie sabe, bien a bien, cómo va a ser esta nueva realidad de la que se habla mucho. No tenemos todas las respuestas, a veces en posiciones de liderazgo buscamos tener todas las respuestas y está bien no tener todas las respuestas.
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“Cerebralmente hablando, cuando escuchamos el mensaje en español tenemos que decodificarlo, cambiar la estructura gramatical y adaptarlo a la cultura de sordos. Todo esto en tiempo real”, describe Liliana Ruiz, perito traductor de la Lengua de Señas Mexicana en el Tribunal Superior de Justicia de Querétaro. (Foto: Cortesía)