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Dafne Almazán, la mexicana que a sus 18 años ya tiene una maestría por Harvard

A los 18 años, Dafne Almazán Anaya se convirtió en la mexicana más joven en graduarse de un posgrado en la Universidad de Harvard.
niña joven, cabello negro, vestido negro, sentado
Dafne Almazán se convirtió en 2017 en la psicóloga más joven del mundo, egresada del Tec de Monterrey (Foto: Cortesía familia Almazán)

Los papás de Dafne Almazán sospecharon que su hija era sobredotada porque aprendió a leer y escribir sin ninguna ayuda. 

A finales de mayo, junto con otros miles de estudiantes que tuvieron que terminar sus estudios en línea por la crisis provocada por el SARS-CoV-2, a sus 18 años, Dafne se convirtió en la mexicana más joven en contar con una maestría en Enseñanza de Matemáticas por la Universidad de Harvard, considerada una de las mejores instituciones a nivel mundial.

Sus estudios académicos acelerados comenzaron cuando tenía ocho años, después de que sus padres le hicieron pruebas psicométricas de coeficiente intelectual. A esa edad, decidieron inscribirla en la preparatoria. 

Con 13 años, comenzó la Licenciatura en Psicología en el Tecnológico de Monterrey; a los 17 años fue aceptada en Harvard para cursar la maestría en Enseñanza de Matemáticas.

Ahora, es la mexicana más joven en graduarse de un grado máster de esa prestigiosa escuela en Estados Unidos.

Estudiantes sobredotados de Harvard

En entrevista para Tec Review, dice que le gustaban los cómics, sobre todo los X-Men, porque se sentía identificada.

Ahora quiere usar sus habilidades especiales para ayudar a su país.

“Cuando era pequeña me gustaban mucho los X-Men porque me sentía así. Ellos eran diferentes y no decidieron nacer así, pero usaban sus habilidades para el bien común y yo siento que es lo mismo con los niños sobredotados, esa inteligencia la podemos usar para sacar adelante a México”, comenta. 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la sobredotación intelectual como una inteligencia equivalente a un coeficiente intelectual superior a los 130 puntos, por encima de la media de 100 puntos.

México tiene un millón de niños en este rango, de acuerdo con cifras del departamento de psicología del Centro de Atención al Talento (CEDAT).

Se estima que 93% de los niños sobredotados del país recibieron malos diagnósticos al ser confundidos con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), Asperger o Autismo.

El camino del Tec a Harvard

¿Qué tan difícil fue tu integración a la escuela?

Tuve que enfrentar varios obstáculos porque cuando entré a la prepa tenía ocho años. Varios maestros me trataron muy bien y me apoyaron, así fue como yo pude avanzar. En la preparatoria casi no estuve con mis compañeros porque tuve clases más especializadas y mi hermana, que ya iba a acabar la prepa, se regresó para estar conmigo y la tuve de compañera.

A Harvard fui presencialmente y mis compañeros aceptaban más las diferencias, aunque resultó difícil estar a su nivel, pero fue una gran experiencia para ellos y para mí.

¿Por qué decidiste estudiar psicología?

Mi hermano mayor también estudió eso y recuerdo que cuando yo era niña nos contaba acerca de las conductas humanas y la personalidad. Con el tiempo me di cuenta que yo podía apoyar en México sobre todo en el área de sobredotados si estudiaba eso.

¿Cómo fue el proceso para ingresar a Harvard?

Fue difícil porque no podía meter mi aplicación por ser menor de edad y tuve que hablar con los directivos para que estudiaran mi caso y me dejaran hacer los exámenes y las entrevistas. 

Elegí la maestría en Enseñanza de Matemáticas porque aprendí Álgebra a los cinco años y yo siempre las vi como algo muy divertido. 

También me di cuenta que en ese ámbito en México estamos muy mal, porque a los niños sólo se les enseña a memorizar y se vuelve algo superficial porque no entienden de dónde viene todo. Esto hace que con el paso de los años se vuelva algo difícil o aburrido.

El futuro después de Harvard

¿Cómo fue terminar la maestría en épocas de la Covid-19?

Estaba allá (en Harvard) y un viernes de marzo nos dijeron que debíamos volver a nuestros países. Fue muy repentino todo, pero al lunes siguiente comenzamos con clases virtuales. Tenían ya todo preparado para estas situaciones.

Estuvimos tomando clases casi dos meses en línea. Sí fue un cambio, pero el rigor fue muy parecido al de estudiar de forma presencial.

¿Cuáles son tus planes a futuro?

Quiero terminar un doctorado en educación especial para sobredotados y dedicarme a trabajar de tiempo completo y hacer investigaciones sobre este tipo de niños.

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