En este aparato, cualquier persona puede canjear sus envases de PET o aluminio por recompensas.
BioBox
“En promedio, un mexicano utiliza cinco envases de PET o aluminio al día”, asegura Eduardo Bustamante, socio fundador y director general de BioBox, un emprendimiento que encontró la manera de reciclar hasta 500 de estas botellas y latas diariamente por cada uno de los puntos en el los que está presente a través de sus máquinas “expendedoras a la inversa”.
En este aparato, cualquier persona puede depositar sus envases para que sean reciclados pero, además, recibe recompensas por cada uno de ellos.
La startup 100% mexicana nacida en 2014 en la mente de este emprendedor amante de la naturaleza y del buceo, se encarga de todo el proceso: desde idear el software y hardware necesarios, conseguir los permisos, instalar las máquinas, ponerlas a funcionar, recolectar los objetos a reciclar y llevarlos hasta las plantas que terminan por convertirlos en nuevos productos.
Con ayuda de todo un equipo interdisciplinario también compuesto por Carlos Luis de Chávez, quien se encarga de las operaciones; Francisco Marzin, quien ve todo el tema legal; Pablo German, quien está al mando de los negocios; José María Valderrey, quien ayuda con el marketing; y Luis Alvarado como socio capitalista, Bustamante ha logrado instalar un total de 280 máquinas a lo largo y ancho de la Ciudad de México.
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“Adicionalmente tenemos algunas BioBox en sucursales de Walmart, Comercial Mexicana y Sports World, y la idea es romper la barrera de las 300 máquinas para 2019”, afirmó en entrevista con Tec Review. “De ahí, la siguiente meta es expandirnos al resto de la república e incluso estamos ya en pláticas con otros países como Argentina, Chile, y República Dominicana”.
El objetivo de BioBox es terminar con los pretextos para sumarse al cuidado del planeta al poner una máquina cerca de cualquier casa u oficina de los ciudadanos y entregarles incentivos.
Por lo pronto, las máquinas intercambian el PET y el aluminio por donaciones a nombre del usuario a diferentes organizaciones altruistas o puntos Payback canjeables en diversos establecimientos.
“Este no es un tema de México, sino del mundo”, considera Eduardo Bustamante. “Y el problema no es el plástico en sí, sino donde termina, ya que puede tardar hasta 400 años en degradarse. Lo que hacemos nosotros es recaudar estos residuos reciclables y llevarlos a reciclar”.
¿Cómo funciona?
El usuario puede ubicar su BioBox más cercana por sí solo o con ayuda de la app gratuita Puntos Recicla, disponible para Android y iOS.
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Ya frente a la máquina, solo debe tocar la pantalla para iniciar, seleccionar el botón ‘Reciclar’, elegir si quiere donar o recargar puntos Payback por sus envases, deslizar su tarjeta o introducir su número de cuenta si elige la segunda opción y, finalmente, introducir las botellas o latas una a la vez.
También se puede dar seguimiento de los puntos obtenidos en la aplicación móvil, los cuales pueden redimirse en tiendas de conveniencia, supermercados, cines, entre muchos otros establecimientos.
¿Cómo hace dinero?
BioBox mantiene su búsqueda de empresas aliadas para que se sumen a su causa.
“Tocamos puertas tratando de sumar más compañías, ya que son las que nos permiten dar beneficios y premiar las acciones positivas de la gente”, dijo Bustamante. Así, el emprendimiento se convierte en un medio de publicidad para las firmas, quienes al mismo tiempo ayudan al medio ambiente.
Ejemplo de este modelo de negocio es la reciente colaboración de BioBox con Herdez. “Instalamos 52 máquinas que solo reciben latas de comida, como las de atún o frijoles, patrocinadas por Herdez. Éstas daban a los usuarios un peso por cada lata”.
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