Las niñas pequeñas suelen mostrarse interesadas en los temas que tienen que ver con la […]
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Las niñas pequeñas suelen mostrarse interesadas en los temas que tienen que ver con la ciencia y la tecnología. Sin embargo, cuando crecen y se encuentran con el momento de elegir una carrera, son realmente pocas las jóvenes que eligen estudiar una ingeniería y, aún más alarmante, es que son menos las que logran obtener un título universitario.
En pleno Siglo XXI: ¿Por qué aún no logramos cerrar esta brecha de género? ¿Quiénes son los responsables? ¿En qué momento pierden las mujeres el interés por estos temas y cómo podemos evitarlo?
Te invitamos a analizar estas y otras cuestiones de la mano de algunas de las personalidades mexicanas que diariamente luchan por la igualdad en este sector dominado por los hombres.
El problema: la brecha de género
La ciencia y la tecnología cambian nuestro presente y modelan nuestro futuro, lo que abre puertas a nuevas oportunidades que antes tal vez ni imaginamos pero, también, a nuevos retos, tan grandes como el de la brecha de género. Así lo comentaron en entrevista con Tec Review las EXATEC Ana Karen Ramírez y Daniela González, fundadoras de Epic Queen.
“En el mundo, sólo seis CEOs de las 100 empresas más grandes de tecnología son mujeres. En el ámbito de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), menos del 20% de los especialistas pertenecen al sexo femenino y, en México, esta diferencia es aún más amplia”, explicaron.
“Las mexicanas ganan aproximadamente 20% menos que los hombres y, aunque prácticamente la mitad de los universitarios son mujeres, sólo el 15% de ellas estudian una carrera de ingeniería”, agregaron las creadoras de la organización no gubernamental que trabaja para promover la participación de las niñas en temas científicos y tecnológicos.
El origen: del interés a la indiferencia
En 2016, la empresa tecnológica Microsoft dio a conocer un estudio que realizó con ayuda de 11,500 voluntarias de origen europeo con el objetivo de entender mejor el proceso de elección de carrera de las mujeres.
Los resultados evidenciaron que, a los 11 años, son muchas las niñas que están realmente interesadas en la ciencia y la tecnología. Sin embargo, a partir de los 15, el interés decrece y ya no se recupera. ¿Qué es lo que hace que estas tendencias cambien en las jóvenes?
“Todo empieza en la educación que les damos a los niños y a las niñas desde pequeños, tanto dentro del núcleo familiar como en la escuela”, afirmó la Doctora Luz María Velázquez, líder de Mujeres y Empresas, así como del comité Equality, ambos del Tecnológico de Monterrey.
“Separamos los juegos. ¿A quiénes dejamos experimentar? ¿A quiénes les promovemos que tomen riesgos y se los festejamos? ¿Con quiénes hablamos de emociones? El trato no es igualitario”, agregó.
Más adelante, durante la adolescencia, diferentes aspectos sociales y culturales se empiezan a hacer presentes. “Recientemente participé en el foro Enseñanza de las Ciencias con Enfoque de Género del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)”, recordó Ana Karen Ramírez.
“Lo que se comentó entre las investigadoras y las profesionales de la educación es que cuando las niñas llegar a cierta edad, alrededor de los 13 y los 15 años, dejan de pensar en estos temas porque la sociedad, incluso sus propias familias, les dicen que las ingenierías son cosa de hombres, que deben ayudar en el hogar. Esto es todavía una realidad”, explicó.
La cofundadora de Epic Queen destacó otros factores, como los problemas educativos, la falta de conectividad en ciertos poblados, y la influencia de la religión o la de los medios de comunicación que publican más historias llenas de estereotipos que de modelos a seguir.
También es durante esta etapa que la búsqueda de pertenencia aleja a las jóvenes de la ciencia y la tecnología.
“Sin importar si se trata de un hombre o una mujer, todos a esa edad buscamos sentirnos parte de lo que nos rodea y, quienes muestran interés en la investigación y la innovación suelen ser estereotipados como introvertidos o hasta poco atractivos. Los jóvenes no se imaginan, por ejemplo, a alguien inteligente con un par de tacones”, añadió Daniela González.
La motivación: solución de problemas
“Cuando me preguntan sobre la importancia de incluir a las mujeres en la ciencia y la tecnología lo que pienso es que es algo lógico: ¿cómo no tenerlas?”, consideró Ramírez.
“Recordemos que la tecnología y la ciencia son el futuro, incluso el presente. Son sectores que crecen continua y exponencialmente. Entonces, si es algo que nos interesa y nos impacta a todos, ¿por qué deberíamos verlo únicamente desde la perspectiva masculina?”, se preguntó. “Hay problemas que nosotras vemos de forma diferente”.
“Se trata de complementarnos para encontrar juntos nuevas soluciones a situaciones que nos afectan a todos, así como aquellas que están por venir”, coincidió González.
“Imagínate: nos enfrentamos a grandes retos en cuestión de equidad, medio ambiente, comunicación, movilidad, seguridad, empleo… Retos que la ciencia y la tecnología pueden ayudar a solucionar pero, con una mirada solamente masculina, pienso que no tendrán el mismo éxito”, agregó la Doctora Luz María Velázquez. “La diversidad es la clave”.
La solución: información
Respecto a la equidad de género, cada vez hay más conciencia entre la sociedad, sin embargo aún falta mucho por hacer. Las fundadoras de la organización Epic Queen recomiendan, antes que otra cosa, hacerles saber tanto a los niños como a las niñas que pueden ser lo que quieran ser.
“También podemos hacer acciones como impulsar los modelos positivos a seguir, así como cambios dentro del hogar y los salones de clases”, dijo Daniela González. “Trabajar junto con los medios de comunicación, exigiendoles más publicaciones en favor de la mujer en la ciencia y la tecnología, así como pedir a los gobiernos más información e iniciativas al respecto”.
Para terminar con la idea de que las ingenierías son “cosa de hombres” entre las jóvenes, Velázquez aconseja trabajar en el autoconocimiento para así “contar con autonomía intelectual, es decir, no estar validando con los demás nuestras ideas; económica y física, para tener libertad de movilidad así como de toma de decisiones; y sobre todo emocional”.
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