Por Carlos Fernández de Lara y Mónica Redondo La multitud se aglutinaba. La gente salía […]
Foto: Gladys Serrano
Por Carlos Fernández de Lara y Mónica Redondo
La multitud se aglutinaba. La gente salía a las calles, incrédula. Se subían al muro, pasaban al otro lado. Sin tiroteos como respuesta a sus actos. Estaban viviendo uno de los momentos más relevantes de la historia contemporánea. El final de la división, el comienzo de la unión. Era el fin de los dos bandos, el comunista y el capitalista: el bueno y el malo. El muro de Berlín había caído. Era el 9 de noviembre de 1989.
En este momento, Ernesto Torres Cantú, EXATEC (IIS’86), tenía 25 años. Él recuerda ese año no sólo por la caída del muro, sino por otro hecho que marcaría su vida: su entrada en la institución bancaria más antigua de México, CitiBanamex, llamada hasta octubre de 2016 CitiBanamex. Hoy es presidente del grupo financiero, desde 2014, y recuerda, a sus 52 años, cómo fue escalando poco a poco en ésta que es una de las compañías financieras más importantes del país.
Torres Cantú, originario de Torreón, no proviene de una familia de banqueros reconocidos. Este banquero empezó como un ejecutivo más dentro de CitiBanamex. Con el paso del tiempo sus logros y esfuerzos fueron reconocidos al puro estilo del sueño americano.
De ejecutivo de banca corporativa en Monterrey, pasó a director regional para los estados de Coahuila, Chihuahua y Durango. En 1997 fue nombrado director de la división centro del país. En 2003 fue ascendido a director de crédito familiar y en 2006 a director de banca comercial. No fue sino hasta 2011 que se convirtió en director de banca de consumo y tomó el mando de las más de 1,600 sucursales de CitiBanamex y de todas las personas que trabajaban en ellas.
Sin embargo, su mayor ascenso fue en 2012, cuando llegó a la dirección general del banco. Su crecimiento pofesional fue la antesala de lo que pasaría dos años después, cuando pasó a ser presidente del grupo financiero más antiguo de México con 132 años de antigüedad.
¿Cómo te das cuenta de que CitiBanamex será la empresa en la que vas a trabajar toda tu vida?
—La decisión que tienes que tomar y que es difícil cuando eres joven, es qué quieres hacer que realmente te apasione. La otra pregunta es con quién quieres hacerlo. Con alguien del que vayas a aprender, que te lleve adonde quieres llegar y que comparta los valores que tú tienes. Si no tienes esos componentes, vas a andar buscando hasta que encuentres algo parecido. Siempre dije en el banco que yo sólo me saldría de CitiBanamex para ser director general de otra institución bancaria, porque estaba en la mejor escuela. Me preguntaba: ¿qué voy a ir a aprender a otro lado que no me enseñe mejor CitiBanamex? Comulgo cien por cien con los valores (de CitiBanamex), con su compromiso con México. Es un constante aprendizaje y le he tenido un profundo respeto a la gente que me ha enseñado a hacer banca; que no sólo son mis jefes, son mis compañeros, la gente que trabaja conmigo, etcétera. Ese constante aprendizaje nunca me llevó a pensar en otro trabajo.
Prefiere que lo llamen Ernesto, y que se le tutee. Llega a la entrevista vestido con una camisa blanca, saco y pantalones de vestir. Rompiendo con todos los estigmas de la seriedad de los banqueros y su entorno, no utiliza corbata. Él impuso las nuevas reglas de vestimenta para los trabajadores de la institución bancaria, que dicta el uso de la corbata como opcional, a excepción de las reuniones con clientes importantes.
Cuando se le pregunta por su mayor afición, responde que es una comida con su mujer y sus hijos y una sobremesa de cuatro horas, “sin exagerar”. Su familia es su pasión. A este empresario de 52 años no le gusta pensar en dónde estará dentro de 10 años; reconoce “que nadie tiene nada comprado y cualquier cosa puede pasar de un momento a otro”. Pero Torres Cantú ha demostrado que también ha sido capaz de compartir su entusiasmo por su trabajo. Su dedicación le permitió convertirse en uno de los paradigmas del éxito empresarial.
¿Cómo defines el éxito y la manera de alcanzarlo ?
–Para mí el éxito es vivir la vida siendo congruente entre lo que piensas y lo que haces. Cuando no tienes esa congruencia, no hay manera de que seas feliz porque existe una disonancia enorme. Por ejemplo, si dices que es muy importante tu familia, pero nunca la ves, eso no tiene ninguna lógica. En ese sentido, me parece que la ambición es básica; no me refiero a ambición de dinero, sino de ser la mejor versión de ti mismo en lo que escojas ser. Esa ambición es clave, además de perseguir tu objetivo aunque no sea de hoy para mañana. Entre más largos son los objetivos, más te tardas en llegar. Y si no tienes la persistencia nunca llegarás.
¿Algún día imaginaste que llegarías a ser director general y presidente?
–Siempre pensé que era una posibilidad. Y depende de ti llegar o no. Tienes que hacer tu trabajo y hacerlo lo mejor que puedas, con transparencia. El director general del banco es uno solo y que se dé la oportunidad de que estés listo cuando el puesto esté disponible es casi circunstancial. Tienen que pasar tantas cosas para que eso pase que no puedes decir que tú lo provocaste. Lo que sí provocas es estar preparado.
Para llegar a la situación en la que se encuentra hoy, Torres Cantú pasó por varias etapas hasta encontrar su camino. Antes de entrar a la banca, estudió Ingeniería Industrial y de Sistemas en el Tecnológico de Monterrey. Quería comprender cómo funcionan las cosas, no a través de las computadoras, sino con maquinaria pesada. Entrar al Tec fue algo “obvio”, para él no había mejor centro donde estudiar una ingeniería.
La dedicación al trabajo, que el banquero desarrollaría años después en CitiBanamex, salió a la luz en sus años de carrera, cuando estudiaba y trabajaba a la vez. Su primer contrato fue con Nacobre, una corporación que se dedicaba a la fabricación, comercialización y distribución de cobre; era gerente de planeación y control de la producción de la planta en Vallejo. Acudía a las clases en la universidad de siete a diez de la mañana, iba a trabajar y volvía a las clases de la tarde.
En su último año de carrera, Ernesto Torres Cantú se dio cuenta de que no quería pasar el resto de su vida en un trabajo como aquél y que lo que le gustaba era el trato con la gente y “ver la parte humana de las organizaciones”. Lejos de desanimarse, decidió viajar a Georgia, para estudiar la maestría.
—¿Qué enseñanza le ha transmitido el Tec durante sus estudios?
–Tengo la voluntad o reflexión de que con tu actuar diario puedes cambiar las cosas y crear un mundo mejor para todos. El Tec me enseñó a pensar en grande. No solamente estás estudiando para tener una mejor vida, sino porque con el resultado de tu trabajo puedes crear un país o un mundo mejor.
—¿Cómo ves a las nuevas generaciones y qué dirías a los emprendedores?
—Si empiezan a hacer lo que sea con el objetivo de ganar dinero, eso es un gran error. Cuando Bill Gates empezó Microsoft no pensó que iba a ganar tanto. Lo mismo Steve Jobs y Mark Zuckerberg. Ricardo Martín, por ejemplo, cuando empezó la cadena de supermercados Soriana, lo hizo con el objetivo de poner la mejor tienda de telas en Torreón. Y luego pensó que por qué no poner un supermercado. Si tienes ambición y pasión, te va a terminar yendo bien. En pocos momentos de la vida tienes tanta flexibilidad como cuando estás terminando la carrera, no tienes ninguna otra responsabilidad, tienes muchas opciones. Escoge la que más te llame.
Una lección de vida
Uno de los momentos que recuerda como determinantes fue la firma de una operación que él dirigió. El negocio no salió bien, y el banquero decidió volar a Monterrey para contarle a su jefe y otorgar su plena responsabilidad. “Yo tenía tres opciones: no decir nada y esperarme a que el lunes se arreglara todo, como luego se arregló; echar la culpa a alguien más, o decir me equivoqué, que fue lo que hice. La reacción de mi jefe fue definitoria”, recuerda. Su gerente reconoció el valor de Torres Cantú para dar la cara y reconocer sus errores sin importar las consecuencias. Hoy, la honradez e integridad que aprendió ese día los lleva como elementos centrales de su liderazgo en CitiBanamex.
*Nota del editor: Esta entrevista apareció publicada en el número 7 de Tec Review
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